Dicen que mientras más apestoso esté el queso más delicioso es su sabor, sin embargo, al ver esos quesos llenos de moho, un poco blandos y con un olor desconocido, muchas personas no se atreven a probarlos.
La campaña Quesos de Europa: En Francia se habla el idioma del amor, impulsada por el Centro Nacional Interprofesional de Economía de Lácteos (Cniel), busca desmitificar esos pensamientos para que los ecuatorianos se atrevan a descubrir la gran variedad de quesos franceses que existen en el mercado y la complementariedad que tienen con productos de la gastronomía ecuatoriana.
La idea es acercar dos culturas que se complementan a través de su gastronomía, que está caracterizada por una fuerte tradición, cuidado y dedicación, que dan como resultado maridajes únicos inspirados por el amor a la cocina.
Este es el segundo año de la campaña en Ecuador, durante el primero se usó el queso en platillos tradicionales del país como los llapingachos o el locro. En esta ocasión, quisieron probar recetas más naturales, que permitan a quienes las degustan saborear los quesos en estado puro e identificarse con un sabor específico que pueda transportarlos a un momento de su vida o que cree en ellos nuevos momentos inolvidables.
Al momento de pensar en quesos franceses y productos ecuatorianos, surge la pregunta, ¿cómo fusionarlos? Una forma creativa y fácil es a través de una tabla de piqueos que combine sabores locales con las notas especiales que tienen los quesos franceses: picantes, salados, ácidos y olorosos.
El chef Felipe Ribadeneira, embajador de la campaña en Ecuador, asegura que es posible combinar dos personalidades que parecen muy distintas para dar un placer único al paladar. “La gastronomía evoca en tu subconsciente a lo que te marcó en la vida. Te recuerda la esencia de dónde vienes, por eso cuando uno viaja al exterior una de las cosas que más se extraña es la comida”.
¿Cómo degustarlos?
En una degustación realizada la semana pasada, con ‘influencers’, periodistas y distribuidores de queso, Ribadeneira mostró recetas sencillas que se pueden elaborar en casa y que permiten apreciar el sabor de los quesos franceses y el chocolate ecuatoriano, ya sean solos o combinados.
En un primer momento se degustaron los quesos solos para apreciar sus texturas y sabores. El brie, que es uno de los más conocidos, tiene una textura sumamente mantecosa, se pega en el paladar inmediatamente y tiene un sabor muy fuerte, en la primera mordida se siente el moho; el camembert también es bastante pastoso “y justamente recuerda al páramo, al bosque húmedo con ligeros toques de seta”, dice Ribadeneira; el brie au bleu o queso azul, de sabor muy salado y un toque picante; mientras que el emmental tiene un sabor suave y dulce con gusto a nueces , es más elástico, a la vista recuerda a los dibujos animados, pues posee agujeros circulares.
Después de apreciados los sabores de cada uno y de encontrar el favorito, se degustaron seis platillos sencillos que combinaban los quesos franceses, con el chocolate y las frutas ecuatorianas. Un sencillo pan con queso fundido, un bocadito de queso con chocolate, una oblea de queso, un cheesecake con galleta y frutas, un helado con queso y chocolate blanco y un queso fundido con chocolate blanco y mortiño.
Este último fue el favorito de la mayoría. Fue una combinación perfecta ya que al servirlo caliente los sabores se fundieron en uno solo creando una sensación de alto placer en la boca.
¿Por qué se habla de amor?
El chef asegura que el idioma del amor no solo es de la relación sentimental, sino también por lo que uno hace. Y este amor viene desde el agricultor y el ganadero, desde el proceso de producción hasta la venta. “Si es que vas a un supermercado y te atienden mal el mismo producto te sabe mal, pero si esa persona te atendió gustoso, con ese lenguaje universal que es el amor, tú vas a tu casa y te llevas esa cadena de amor “, asegura.
Charles Duque, director del Cniel para las Américas, asegura que los productores franceses se preocupan mucho por hacer las cosas con amor. “Cada productor tiene 60 vacas y es una relación muy diferente a la de otros países donde cada productor tiene 200 000 vacas. Acá les conocen a sus vaquitas, no les dan hormonas y comen pasto natural, por lo que los quesos son productos muy naturales, son orgánicos”, dice.
Duque asegura que todos estos quesos se encuentran en el mercado ecuatoriano por lo que va a ser sencillo prepararlos en casa. Ribadeneira da dos recomendaciones para probarlos: arriesgarse a probar nuevas texturas, aromas y sabores y que sepan cómo cortarlos y servirlos. Esa información y más recetas se encuentran en la página quesosdeeuropa.com.
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