El Festival Internacional de Teatro de Manta espera celebrar su nueva edición en octubre. Foto: Archivo EL COMERCIO
Desde su primera edición, en el 2001, el Festival Internacional de Títeres Con Bombos y Platillos se convirtió en un espacio para que niños y jóvenes de parroquias rurales, centros de rehabilitación social, escuelas públicas de escasos recursos, comunidades indígenas y albergues accedieran al mundo de las artes escénicas. Gracias a este trabajo, el encuentro entró en la lista de los diecinueve festivales emblemáticos del país.
Sin embargo, este año -por primera vez en dos décadas-, el festival no se celebrará. Yolanda Navas, fundadora de este encuentro escénico, explica que una de las razones para la cancelación de esta edición es que el festival no se puede realizar a través de plataformas digitales. “Nuestro objetivo es llevar el teatro a sectores populares. Imagínate lo que significaría hacerlo cuando sabemos que miles de niños no pueden acceder a sus clases porque no tienen computadora”, dice.
Navas explica que más allá de la pandemia, el festival ha tenido problemas con el Instituto de Fomento de las Artes Innovación y Creatividades (Ifaic). Su principal complicación es que no podían avanzar con la convocatoria de este año porque aún no se cerraba la edición del 2019.
Otro de los encuentros que ha tenido problemas con el cierre de la edición del año pasado es el Festival Internacional de Teatro de Manta. Nixon García es uno de los organizadores del festival. Este actor y director cuenta que están esperando el cierre del proceso para que les entregasen el 20% del dinero que falta para completar los USD 25 000, que anualmente recibe desde el 2019, por ser parte de los festivales emblemáticos.
Raúl Escobar, director encargado del Ifaic, explica que en total son nueve los festivales que tienen pendiente el pago del 20% del dinero de la edición del 2019. “Hay que recordar -dice- que cada festival recibe USD 25 000 durante tres años”. En relación con la edición del 2020 -dice-, la institución ha dado dos opciones: que reprogramen el evento para los próximos meses de este año o que se acojan a la suspensión de plazos, esto implica que el festival se realice en el 2021.
García, quien también forma parte de la organización del Encuentro Internacional Manta por la Danza, cuenta que el objetivo del Grupo La Trinchera es reprogramar este festival -normalmente se celebra en junio- para noviembre. “Ahora estamos trabajando en los protocolos que nos pide el Ministerio de Cultura como requisito para que nos aprueben el cambio de fechas”, dice.
En estos protocolos también están trabajando los organizadores del Encuentro de Arte y Comunidad Al Zur-ich. Al igual que la mayoría de festivales consultados, la emergencia sanitaria los obligó a modificar el trabajo que tenían programado. Pablo Almeida, parte del colectivo Al Zur-ich, cuenta que antes de la pandemia esta edición iba a estar enfocada, por primera vez, en el trabajo comunitario y artístico que se realiza en varias provincias. “Ahora decidimos centrarnos en el trabajo comunitario y artístico que existe en las zonas rurales de Quito”.
Entre los encuentros que, por su esencia, convocan a miles de personas en un mismo espacio está el Festival de Música de Vanguardia Festivalfff. Para Tania Navarrete, una de las organizadoras, el momento que viven este tipo de festivales es complejo. En su caso ya tenían lista la programación para mayo. “El cartel, con 21 bandas, tres de ellas internacionales, estaba confirmado. Todavía no decidimos por cuáles de las opciones que nos plantea el Ministerio vamos a optar”, sostiene.