Un refugiado estuvo varias semanas en la calle en Quito. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
El rostro y las manos son nuestras principales señas de identidad. Cada pliegue, cada arruga o marca puede contar una historia de vida y las experiencias que hemos atravesado. El rostro y las manos también sirven para contar sin hablar.
Captar esos detalles en una fotografía es muy interesante y más aún en blanco y negro. Los altos contrastes que se producen aportan profundidad y dramatismo a las imágenes.
Este ensayo fotográfico es un homenaje a los adultos mayores, que nos han enseñado tanto y que hoy son los más vulnerables. Las imágenes fueron captadas en distintos momentos y espacios.
Una señora en la entrada de su casa, en Manabí. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Personaje de la Yumbada por las festividades del Corpus Cristi en Pichincha. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Mujer en un evento político en los exteriores del aeropuerto Mariscal Sucre. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO