En el Hotel JW Marriott se dictarán clases para preparar sushi en pareja. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Con el paso del tiempo, fechas como San Valentín se han convertido en la excusa perfecta para compartir momentos no solo románticos, sino también divertidos y de aprendizaje en pareja.
Actividades como salir de paseo, ir al cine, mantener veladas románticas o ir a cenar suelen ser las más comunes, sin embargo, este año, escuelas de gastronomía y hoteles presentan al público diferentes y novedosas opciones para festejar el 14 de febrero.
Dichas alternativas no solo ofrecen una cena afrodisíaca y con bebidas para dos. También presentan la opción de prepararla juntos con los ingredientes, acompañamiento y asesoría de un profesional.
Una de las opciones a las que se puede acceder es en el Hotel JW Marriott donde el platillo seleccionado para la noche de San Valentín son rollos de sushi. El ‘sushiman’ del lugar, Fabricio Medina, asegura que esta es la oportunidad para además, aprender a preparar una “muy apetecida y popular delicia japonesa”.
La pareja podrá participar, según su elección, en dos horarios. Esto incluye la preparación de dos rollos de sushi diferentes, materiales, dos horas de estacionamiento, dos cocteles y una foto.
Los ingredientes que serán entregados son alga nori, arroz, wasabi, gari, cangrejo, aguacate, pepinillo, salmón, ajonjolí, salsas, entre otros.
Después de que la pareja haya aprendido paso a paso y armado juntos sus rollos, estos serán retirados por el experto, quien los cortará y decorara para seguir a la segunda fase de la velada, es decir, la cena romántica en pareja.
En el Instituto Superior Mariano Moreno el menú que la pareja preparará incluirá camarones, carne y un postre. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Si los rollos de sushi no convencen a la pareja, el Instituto Superior Mariano Moreno presenta otra opción. Lo seleccionado por ellos son los mariscos y las carnes. Los primeros por las propiedades afrodisiacas y los segundos para poder combinarlos con vino.
El chef del Instituto, Winstón Gamez, sugiere, para esa noche, “no ir a cenar a un restaurante, sino aprender a cocinar algo delicioso y diferente para uno mismo y para esa persona especial”.
El menú seleccionado por ellos contiene entrada, plato fuerte, postre y bebidas.
La entrada será un ceviche de camarón estilo caribe, cuya novedad es la utilización de tocino y suero de leche. El plato fuerte consiste en un lomo wellington, envuelto con una capa de champiñones y una masa hojaldre. Lleva ensalada de lechuga y tomate cherry.
Finalmente, la pareja aprenderá a preparar un postre conocido como islas flotantes, hecho con merengue suizo, crema de leche, salsa inglesa y esencia de vainilla.