La elevación de la casa sobre el terreno protege las estructuras de la humedad. La plataforma de ingreso es multifunción. Foto: Cortesía Natura Futura
Ya. Es definitivo. El reciclaje ha dejado de ser una actividad emergente para ponerse pantalones largos y delinear una arquitectura seria, funcional y comprometida.
Un ejemplo fehaciente de este despegue sustentable es la Casa Velfor. Esta es una pequeña vivienda de 30 m² hecha totalmente de palets, emplazada en medio de un lote de 120 m² y rodeada de los modestos inmuebles que conforman los barrios populares.
¿El emplazamiento? Chacras, ese mínimo poblado orense que parece salido de un clásico ‘western’ de Sergio Leone (por lo árido del terreno y los alocados vientos que agitan sus arenas) y que fue la cárcel sin barrotes donde pasó sus últimos días Manuelita Sáenz , la Libertadora del Libertador.
En esta aldea limítrofe con el Perú encontró don Velfor refugió para él y su familia, luego de que perdió todo lo que tenía en el sismo del 16 de abril en Manabí. Allí levantó su vivienda, en un terreno de 12 x 10 metros parcialmente ocupado por su suegra, Mami-Itzi.
Natura Futura Arquitectura y el Colectivo Cronopios ayudaron en la tarea, explica José Fernando Gómez, arquitecto miembro del primer taller.
El proyecto se realizó en mayo pasado. Diseño, construcción y montaje de la casa duraron 10 días. Natura Futura Arquitectura y Cronopios El Oro (colectivo de gestión cultural) se encargaron de todos los procesos.
Como explica el portal internacional Plataforma de Arquitectura (donde se reseñó el proyecto) luego del diseño, se procedió a los trabajos de recolección de los diferentes materiales y herramientas. Todos estos insumos fueron donados, incluidos los palets.
También se entrenaron a voluntarios que se prestaron para colaborar con el montaje. Entonces se puso manos a la obra.
Después de hacer las bases con hormigón y ladrillos, la casa se articuló modularmente con los palets, utilizados generalmente para soportar carga de mercancías en grandes bodegas, explica Gómez.
Cuartones, palos y tiras se utilizaron como soportes estructurales. Las ventanas fueron construidas con madera semidura y tiras de desecho recicladas. Al final, la cubierta se cubrió con láminas de zinc.
El diseño arquitectónico se basó en el tradicional de la Costa ecuatoriana, que deja grandes espacios abiertos en la parte superior para la ventilación natural y, asimismo, para la climatización interior. Tanto la distribución como el equipamiento interior se basó en el sistema modular multifunción, que optimiza los espacios y las estancias.
Un huerto familiar de autosustento completa la proyección sostenible de la casa y una plataforma de ingreso es el espacio de interacción social. La vivienda se basa en tres cuerpos, dos utilizados para dormitorios y uno para cocina y sala. Existe la opción de crecimiento progresivo hacia la plataforma de ingreso.