Los usos y las costumbres del hábitat no cambian tan rápido como las modas, pero una vez que llegan, lo hacen para quedarse.
El diseño interior no es ajeno a este proceso. Este es el caso de los vinilos decorativos, una tendencia estética que nació hace unos seis años y que está pisando fuerte en todos los países del mundo.
Dos ejemplos actuales de esa corriente de decorar paredes, techos, ventanas, espejos y otros elementos que conforman los ambientes del hogar o la oficina son el nuevo cuartel de la multinacional Lego y las oficinas del Grupo Corporativo San Pablo. El primero se emplaza en Billund, Dinamarca; el segundo en Ciudad de México, en plena Avenida de los Insurgentes.
En Lego, el estudio Bosch & Fjord realizó el diseño y decoración interior de la zona de recepción, la sala de proyectos y 13 salas de reuniones. En todas las salas utilizaron vinilos decorativos para ambientar los espacios.
Los arquitectos jefes que proyectaron las oficinas corporativas del Grupo San Pablo, Juan Carlos Baumgartner, Gabriel Téllez, también utilizaron con profusión los vinilos de esta categoría en la ambientación de varios espacios, como la recepción, las cafeterías, las salas de reuniones…
Lo cierto es que con este tipo de apliques decorativos, en cuestión de minutos todo el escenario de una oficina, una recepción, una sala o una alcoba cambia. Y esa pared opaca y sin gracia se convierte en una bella, artística y entretenida composición, que atrapa, que divierte.
¿Cómo se logra? Fácil. No hay ningún secreto. Tan solo hace falta colocar el adhesivo y todo listo. Los vinilos autoadhesivos decorativos no son sino ‘stickers’ o ‘calcomanías’ de formatos grandes, que se pueden aplicar sobre la pared, el pavimento, el techo, el suelo, las ventanas, las puertas, los muebles y, en general, sobre cualquier soporte liso de una vivienda, oficina u otro ambiente.
Michelle Mora, de Guayaba Deco, dice que las formas dependen de la imaginación. “Se hacen no solo dibujos sino que se pueden fabricar letras, frases, figuras y objetos personalizados…”.
Pero ¿de verdad se pueden pegar en cualquier sitio? Bueno, es mejor no colocarlos en áreas que estén cerca de una fuente de calor ni en lugares húmedos, explica María del Carmen Lasso, también de Guayaba Deco, el taller pionero en la capital.
¿Otra desventaja? Los vinilos no se pueden cambiar de lugar, porque al despegarlos pierden su adherencia. Así es que es importante que se elija bien su ubicación antes de colocarlos, sugiere Cristina Varela, de KKO.
De hecho, Guayaba Deco y KKO, junto a Messklan, son tres de los estudios que decoran con esta técnica en Quito.
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