La carcoma es uno de los principales enemigos de la madera, ya sea maciza o tableros aglomerados. Es causada por algunos insectos, entre los que se cuentan los xilófagos y la polilla. Esta no es sino la larva de la polilla, que es una especie de mariposa.
Pero en general se denomina carcoma a aquellos insectos coleópteros cuyas larvas son capaces de roer la madera. El ruido que producen al masticar apenas es perceptible, pero hay una señal inequívoca que delata su presencia: el polvo que generan alrededor de los agujeros que roen.
Las maderas más resistentes a sus efectos son la acacia, la caoba, el guayacán, el colorado, el chanul o el seike. Las más vulnerables son el canelo, el laurel, aliso, explica el Arquitecto Fernando Hinojosa.
La principal característica de esta plaga es la aparición de unos pequeños agujeros en la madera. En los procesos avanzados, estos agujeros llegan a tener un diámetro de hasta 10 milímetros, ya que crecen a la vez que lo hacen las larvas. Los más pequeños oscilan entre 1,5 y 3 milímetros.
La madera preferida de la carcoma es la madera seca, ya que facilita la excavación frente a las maderas duras, las jóvenes o las más antiguas.
Pero, ¿qué hay que hacer para detener la carcoma?
Lo primero que hay que hacer si se detecta serrín cerca de los muebles, explica la página Consumer, es comprobar si hay agujeros y observar su interior para saber si la carcoma los ha abandonado o sigue activa. Las galerías más recientes están limpias y pulidas, mientras que el interior de las viejas es oscuro, contiene polvillo y los bordes están astillados.
Existen varios tratamientos para acabar con la carcoma, según el grado de afectación de la madera. Cuando el proceso está en sus inicios, es suficiente con inyectar líquido antipolillas en los agujeros y luego cerrarlos con masilla. Así la solución penetrará más profundamente e impregnará las fibras más internas. Un método alternativo es usar espray anticarcoma.
Si la carcoma ha invadido todo el mueble, hay que empaparlo por completo con el Maderol y envolverlo con un plástico durante varios días hasta que se seque y se pueda volver a pintar.
La madera lacada es más difícil de atacar, pues la laca suele ser tóxica. Por ello hay que cuidar los muebles y restaurarlos ante los primeros síntomas de deterioro