Cada vez hay más ecuatorianos que buscan adquirir una vivienda prefabricada.
Pero, ¿cuáles son las ventajas de una de estas viviendas? El Arq. Renato Arcos esgrime algunas:
Una construcción prefabricada es óptima en cuanto a los procesos, pues se dispone de todos los elementos listos para solo ensamblar la vivienda. En la vivienda convencional es un proceso que requiere de mayor tiempo, pues depende del material (ladrillo, bloque…) y de la mano de obra.
Otra ventaja es que el tiempo se reduce. Es así que se puede levantar una casa de 150 m² en tres meses. Otro factor a tomar en cuenta es el terreno; para determinar si es apto se debe realizar un estudio de suelo previo a la construcción, para evitar asentamientos. Esto permitirá que la durabilidad sea la misma que la de una estructura tradicional.
Con respecto a los materiales, dice Arcos, estas construcciones pueden realizarse con varios elementos, además de hormigón, como las placas metálicas, planchas de madera o de otros materiales que constituyen las paredes y que se usan para formar la estructura de la casa. Este tipo de construcciones permite jugar con el diseño arquitectónico.
¿Otra ventaja? En las prefabricadas se puede planificar el montaje de instalaciones sanitarias, eléctricas… Además, el costo de mantenimiento es similar a una tradicional, aunque el acceso para arreglos es más fácil.
En caso de que se requiera romper una pared, se cambia la plancha en poco tiempo, mientras que en la otra se debe romper la pared, generando polvo y costos por el tiempo y mano de obra.
¿Y los costos? El número de viviendas que se realicen dentro de un proyecto determina el precio, junto con el diseño y los materiales que se coloquen en los acabados. Generalmente, el precio promedio es un 30% inferior al de los sistemas tradicionales.
Antes de adquirir cualquier vivienda u obra se necesita una asesoría técnica que le ayude a avaluar el inmueble en cuestión.