La variedad de colores, texturas y simetrías son cuidadosamente tomadas en cuenta para las creaciones del artesano Erick Reinoso. Foto: Bolívar Velasco/EL COMERCIO
El hombre tsáchila, el campesino , el otavaleño, la chola cuencana y la mujer marimbera afro son las representaciones que Erick Reinoso recrea en artesanías de madera.
Cada una resultan de materiales típicos de esos pueblos comola caña guadúa, el bambú, la cabuya y la fibra de abacá.
Para el diseño de estos elementos se cuidan los rasgos, tradiciones y formas de vestir de los personajes.
De hecho, Reinoso primero realiza una investigación y, de esa forma, se nutre de conocimientos que luego los cuenta a sus clientes o a quienes asisten a sus exposiciones en ferias.
Por ejemplo, les habla sobre las costumbres que impulsan a los nativos a utilizar su vestimenta de colores y accesorios.
“Lo más importante es aportar información para que el turista conozca a nuestros pueblos ancestrales del Ecuador. No solo se trata de vender”.
El artesano se involucró en este arte hace cinco años, cuando por una calamidad personal encontró en el bambú una forma de ejercitar sus destrezas para el diseño.
Empezó a elaborar muñecas de madera para su hija. Con el paso de los días, otras personas se interesaron en sus representaciones luego de que las observaron en las redes sociales.
En Santo Domingo de los Tsáchilas, donde tiene su taller denominado Guambutec, se le presentó la oportunidad de elaborar 1 400 variedades de personajes de la nacionalidad Tsáchila. Y entonces eso lo llevó a dar el gran paso de explotar su arte y dar a conocer los grupos étnicos.
Las artesanías guardan una simetría con el personaje real, pero en tamaño miniatura. Por ejemplo, las extremidades superiores miden 4,5 centímetros, las manos 8 milímetros, las extremidades inferiores 10 centímetros y el tronco 7 centímetros.
Una particularidad de las artesanías es que no llevan ojos porque se trata de dejar a la imaginación de las personas cómo es un nativo en la vida real, explica Reinoso.
Lucía Avenatti exhibe las artesanías de este artesano en su agencia de información turística Tierra Tsáchila Punto de Encuentro. En una de las vitrinas posicionada estratégicamente en el acceso al local, llaman la atención los coloridos personajes .
Pero Erick Reinoso también tiene contactos con empresas públicas e instituciones del Estado que demandan en grandes cantidades sus trabajos.
El tiempo de vida útil de las artesanías es de 50 años, debido a los acabados especiales que les impone en los toques finales. Esto también guarda relación con la calidad de los materiales que, al ser extraídos de los bosques ancestrales, se les calcula una vida de medio siglo.
Reinoso afirma que los elementos que utiliza son especiales y eso ayuda a que el producto final tenga la pureza de sus orígenes. De esa manera, las artesanías se muestran más naturales.