La sorpresa tiene perfiles especiales. ¿Por qué? Porque encontrar en una publicación especializada de tanto prestigio como el portal www.noticiasarquitectura.info una referencia al trabajo de una arquitecta ecuatoriana en el país asiático de Bali es reconfortante.
La profesional en mención es una joven de 27 años llamada Macarena Chiriboga, y la obra referida, llamada Green Village, es un proyecto residencial de alta gama levantado en la isla indonesia de Bali.
Esa sorpresa adquiere otra nueva cara cuando se encuentran reseñas de este mismo trabajo en revistas, igual de prestigiosas, como Arquitecture Digest y IR Magazine. Y aumenta aún más su connotación cuando se ve que este Green Village es un proyecto ecológico y sustentable, levantado totalmente con varios tipos de bambú.
En un país con expertos en el uso de la guadúa como Daniela Loaiza, Marcelo Enríquez, Gabriel Montalvo, Byron Gómez, el colombiano Simón Vélez, el trabajo de Chiriboga no desentona sino que incorpora más elementos constructivos.
Lo cierto es que esta arquitecta graduada el Savannah College of Art and Design incorporó una novedad en los diseños estructurales hechos con bambú: las curvas. Y sobre eso versó su tesis en Savannah.
Entonces surgieron las críticas de que “eso no funciona; es imposible construir una estructura curva con bambú” y otras de parecida laya. Al final, luego de investigar los trabajos del japonés Shigeru Ban y del mismo Vélez, Chiriboga produjo Green Village.
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