Las ciudades y sus retos

No es un síntoma sino, más bien, un paradigma: las ciudades del mundo actual tienden a homogenizarse teniendo como referentes las grandes metrópolis como Nueva York, Londres o París.

No obstante, hay diferencias entre estas urbes y las que configuran América del Sur, África o Asia. Estas viven un crecimiento poblacional muy fuerte y rápido dictado, principalmente, por la inmigración de la gente que llega desde el campo. Algo muy parecido a lo que pasó en Europa en el siglo XIX pero sin un valioso sostén: la industrialización colateral.

Esta afluencia masiva de personas trae consigo muchos problemas urbanos como la falta de servicios y de infraestructuras, pobreza, hacinamiento, tugurización... Todos de muy difícil solución, como se puede comprobar con solo salir a la calle en cualesquiera de nuestras ciudades.

Como todos los males casi nunca llegan juntos, como en la Caja de Pandora, nuestras urbes también tienen cosas positivas: son dinámicas, vivas, llenas de vigor.

Esas son las aristas que se deben reforzar para paliar en algo los males urbanos. ¿Ejemplos? Uno: la consolidación del uso del espacio público, como buscan hacerlo Quito y Guayaquil.

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