La multifuncionalidad de las camas actuales se visualiza en este modelo de Scandia Furniture; el amplio espaldar ha incorporado dos veladores y al pie una especie de cajonera. Fotos: www.scandiafurniture.com, www..ligneroset.com, www.boconcept.com
En cuestiones de diseño y decoración, Ecuador dejó de ser una isla. Hoy, las innovaciones que se muestran en los grandes salones europeos o asiáticos están en el país.
Esa coyuntura ha hecho que, asimismo, los diseñadores nacionales se esfuercen por estar a la altura y creen objetos útiles, funcionales y estéticos.
Eso es lo que sucede, por ejemplo, con la cama, ese accesorio vital para el descanso y el reposo del ser humano.
Los nuevos modelos se presentan en los salones de diseño o mobiliario tan famosos como Milán, Berlín, Nueva York o Estocolmo. Y son las últimas puntas de lanza de talleres tan prestigiosos como Roche Bobois, Inmod, Vitra, B &B, Leiiia, Molteni, Porro, Zanotta, Flou, Capellini, Cassina, Driade…
Algunas de estas multinacionales –BoConcept, Zientte, Dedon, MuMa, Kare– tienen almacenes en el país, lo que facilita la apreciación y la compra.
La producción nacional es, asimismo, de gran calidad y no tiene nada que envidiar al producto extranjero, explica el arquitecto Eduardo Vallejo.
En general, todos los almacenes de muebles de alta, mediana o baja gamas, tienen sus propios modelos.
En la actualidad, explica el diseñador Rodney Verdezoto, la cama ha cobrado gran protagonismo en la habitación. Dejó de ser un simple objeto utilitario para convertirse en parte muy importante del diseño interior.
Esto tiene un sustento conceptual: cada vez se da menos importancia a los objetos de decoración que no cumplen una función.
Esto permitió que se desarrolle mucho el diseño de la cama llegando, incluso, en algunos casos, a romper las reglas de dimensiones estándares, ya que en la actualidad se puede solicitar colchones a medida, sostiene Verdezoto.
Según Vallejo, las camas clásicas están pasadas de moda, aunque todavía se comercializan para personas de gran estatura o con enfermedades específicas (como artritis).
Si opta por una cama de esta tipología, debe saber que a más de los tallados, el acabado es más lujoso. El enemigo número uno de estos grandes lechos es la creciente disminución de los m² en las alcobas.
Las camas actuales jerarquizan el espacio. El espaldar se convierte en la estructura básica visual que aporta más que un concepto al diseño, dice Verdezoto. Ahora es muy funcional, además de estético.
Hasta incluye veladores que se proyectan como brazos o extensiones, muchas veces volados, dándole un carácter más espacial al lecho.
En algunos casos, el espaldar se convierte en un contenedor de pequeños objetos de uso cotidiano y, asimismo, incorpora sistemas de iluminación temporizados para lectura.
Simón Ordóñez, diseñador de Etnos Muebles, reflexiona sobre las virtudes que debe tener este equipamiento: debe ser muy resistente al trajín y el alto tránsito, preferible de madera o metal sólidos, será de fácil limpieza (tanto de su superficie como de las partes bajas) y debe ser desarmable.
¿La altura? Lo ideal es que esté al nivel del asiento de una silla, es decir entre 42 y 45 cm, aunque la tendencia es a tener camas bajas o, por el contrario, con altos colchones (llegan a una altura de 60 cm).