Desde el 2011, cuando la Escuela Espejo pasó a ocupar su nuevo campus en Pusuquí, la antigua edificación quedó sin uso.
Entonces, con buen criterio, el Municipio decidió rehabilitarla para que se trasladara el Colegio Simón Bolívar, que seguía ocupando un vetusto y antifuncional caserón en el Centro Histórico.
El IMP asumió la tarea el 15 de agosto del 2011.
La obra constó de dos fases, explica el Arq. Fernando Becerra: la rehabilitación de la antigua edificación y la construcción de un nuevo bloque de tres pisos, donde ahora funcionan varias aulas de clases y los laboratorios de informática, física, química y otros.
El estudio y la consultoría arquitectónicos estuvieron a cargo del Arq. Édgar Brito; la impermeabilización de la cubierta la realizó el Ing. Raúl Yépez; y la rehabilitación integral y la construcción del nuevo bloque estuvo en manos del Consorcio Mega Constructores. La inversión total fue de USD 3 028 001,96. En la intervención laboraron, en forma permanente durante nueve meses, 150 obreros y 10 técnicos.
La rehabilitación integral del edificio antiguo comprendió la ejecución de los siguientes trabajos: la impermeabilización de cubiertas, patios y terrazas; la consolidación de las cabezas de muro que estaban en mal estado, el mejoramiento del cielo raso (de gypsum), los estucados, los pisos y la carpintería de madera (puertas, ventanas, pasamanos…).
Adicionalmente, explica Becerra, se realizó la remodelación del teatro, la nivelación de los pisos y el retiro de construcciones añadidas. Finalmente, se cambiaron los enlucidos generales y se pintó todo el edificio. También se construyeron nuevas baterías sanitarias, tanto para hombres como para mujeres, como exige la Ley de Educación vigente.
La rehabilitación del edificio patrimonial terminó con la instalación de nuevos sistemas eléctricos, de voz y datos, contraincendios e iluminación.
El sistema constructivo del bloque nuevo es de hormigón armado de tres pisos. Incluye ventanería y puertas de aluminio anodizado y vidrio, mamposterías de bloque de cemento enlucidas y pintadas, pisos de porcelanato, cielos falsos de gypsum, mesones de granito con grifería en los laboratorios, y la instalación de tableros de control y generales.
El área total del terreno fue de 10 506,94 m² y el área intervenida alcanzó los 9 300 m². De esa superficie, 5 800 m² corresponden al edificio patrimonial y 3 500 m² al nuevo bloque.
Al final, el nuevo Colegio Simón Bolívar cuenta con 27 salas para actividades administrativas, 40 aulas de clases, 10 laboratorios de ciencias e informáticas, baterías sanitarias para hombres y mujeres), una piscina cubierta, un teatro con capacidad para 340 personas y cinco patios y terrazas.
El patio central sigue siendo el eje del conjunto educativo. En él se han habilitado diversas zonas específicas y graderíos para que los alumnos se sientan cómodos cuando se realicen actividades sociales, culturales y deportivas. O, simplemente, gocen de los recreos departiendo entre ellos.