El ayuno intermitente debe ser supervisado por un nutricionista

La rutina común de esta dieta es comer en una franja de ocho horas y luego ayunar.

La rutina común de esta dieta es comer en una franja de ocho horas y luego ayunar.

La rutina común de esta dieta es comer en una franja de ocho horas y luego ayunar. Foto: FREEPIK

El ayuno intermitente se ha convertido en uno de los métodos más populares para bajar de peso. Aplicaciones para teléfonos, tutoriales en YouTube y hasta videos de ‘influencers’ han activado esta práctica entre las personas que quieren quemar esas calorías extras y tener mejor figura.

Los defensores de esta estrategia sostienen que ayuda a adelgazar porque reduce las calorías tomadas y el cuerpo obtiene energía de sus reservas corporales.

La nutrióloga Estefanía Pabón asevera que el ayuno intermitente no es una dieta en sí misma. La especialista advierte que no hay suficiente evidencia para aconsejarlo a largo plazo. Dice que puede ser una opción para algunas personas durante un período no mayor a tres meses. La experta enfatiza que la decisión de ayunar debe ser supervisada por un experto.

El más popular de los ayunos intermitentes es el denominado 16/8. Este implica 16 horas en ayuno y dosificar la ingesta de comida en las ocho horas restantes.

Una posibilidad para llevar a cabo esta fórmula podría ser desayunar, almorzar y después no volver a ingerir alimentos hasta el día siguiente, dice la nutricionista española Nazaret Pereira en su blog.

Otra opción que ella recomienda es ayunar 12 horas, con cena a las ocho de la noche y desayuno a las ocho de la mañana. Se suele considerar un ayuno intermitente para principiantes.

Otro método más estricto, es el 20/04, en el que solo se come una vez al día, o dos veces en un período máximo de cuatro horas. También se practica el de 24 horas, el ayuno en días alternos y la fórmula denominada 5/2. Todas podrían tener efectos negativos si no cuentan con una supervisión de un equipo médico calificado.

El nutricionista Pablo Lanchimba está en contra del ayuno intermitente. Sostiene que, aunque a corto plazo puede funcionar, a mediano y largo plazo el organismo se acostumbra a acumular grasa para cuando no tiene comida y necesita energía.

Los científicos llevan un par de décadas estudiando el ayuno intermitente. Una revisión de los estudios sobre este tema fue publicada por la revista New England Journal of Medicine. Concluye que la clave de los beneficios de esta fórmula estaría en que cambia el estado metabólico del organismo.

Según explican en dicho análisis, la ganancia tendría que ver con una mejora en la tensión arterial, en la frecuencia cardíaca en reposo, la reducción de grasa, la prevención de la obesidad y menos daños en los tejidos.

El proyecto Nutrimedia, del Observatorio Científico de la Universidad Pompeu Fabra, recuerda lo manifestado por la Asociación de Dietistas del Reino Unido y el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer. Estos coinciden en que, a pesar de que se han visto beneficios con el ayuno intermitente, esta práctica puede provocar efectos adversos, entre ellos: irritabilidad, dificultad para concentrarse, trastornos del sueño, o deshidratación.

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