Antes de adoptar una moda nutricional, es necesario buscar la asesoría de un especialista para evitar contratiempos en la salud. Foto: Inimagine
Un tiempo fue la dieta keto, luego el ayuno intermitente. Ahora, en cambio, está de moda el ejercicio en ayunas. En redes sociales hay modelos, entrenadores y ‘coach’ nutricionales que lo sugieren para quemar grasas con el propósito de bajar de peso. ¿Pero es realmente efectivo?
Todo dependerá de la intensidad con la que se realice el entrenamiento y de la condición de salud de cada individuo. Una persona con diabetes, por ejemplo, tendrá que necesariamente ingerir algún bocado antes de activarse. Otra con hipertensión o con sobrepeso podría recurrir en algún momento a esa estrategia para oxidar grasas.
De ahí la necesidad de contar con la guía de expertos –deportólogo, entrenador y nutricionista- para alcanzar los objetivos propuestos, libres evitar contratiempos. Hay personas que se desmayan en la mitad de un entrenamiento.
Aquello sucede, apunta Fabián Sanmartín, médico del deporte y de la actividad física, porque cumplieron con una práctica de alta intensidad y terminaron con su reserva de energía, que, por lo general, proviene de los carbohidratos.
Si la persona está sana, el ejercicio en ayunas mejorará la oxidación de grasas, pero siempre que se mantenga en su zona aeróbica. Para eso es necesario un entrenamiento suave. En ese caso, explica el especialista, la energía se obtiene de las grasas. Aquí los carbohidratos pasan a un segundo plano. Lo contrario ocurre cuando las personas cumplen con entrenamientos exigentes. Estas personas requieren obligatoriamente de ese macronutriente.
Se puede romper el ayuno con algo ligero o con una opción contundente. Eso también dependerá de la tolerancia de cada persona. Sin embargo, Sanmartín apunta que es posible entrenarle al organismo. Si la persona no está acostumbrada a desayunar muy temprano -entre las 04:00 y 05:00- se le recomienda entrenar en la tarde.
Cuando se trata de competencias atléticas, por ejemplo, Andrés León Fierro, máster en actividad física y salud, cuenta que hay personas que recargan la noche anterior para correr con reserva de glucógeno en sus músculos.
Otras, en cambio, optan por ingerir algo más sencillo como una fruta o un batido el día de la prueba. Y esa, precisamente, es la sugerencia de León Fierro. Añade que cuando una persona hace ejercicio con frecuencia y mantiene un plan de alimentación equilibrado, no hay necesidad de recurrir a modas que, en lugar de ayudar, podrían poner en riesgo la salud del deportista.
Ambos especialistas coinciden en que para determinar las estrategias para cada persona, es necesario realizar una evaluación previa. Allí se realizan varios exámenes, pero también un análisis de la composición corporal para determinar el porcentaje de masa grasa y de masa muscular de cada persona. De esta manera se pueden establecer metas posibles.