‘De cómo llegamos hasta aquí (éramos felices y no los sabíamos)’ es un proyecto curado por Hernán Pacurucu. Se muestra en plataformas virtuales y redes sociales. Fotos: Archivo/ EL COMERCIO.
El ‘selfie’ convertido en GIF en el que aparece Rosa Jijón -cabello corto, gafas oscuras y barbijo- tiene como fondo la Fontana de Trevi, uno de los sitios turísticos más visitados de Roma. En el texto que acompaña esta imagen, la artista ecuatoriana, radicada desde hace varios años en Italia, lanza una reflexión sobre cómo la pandemia provocada por el covid-19 puede ser la oportunidad para repensar los espacios turísticos.
‘Fase due’, el nombre de esta pieza visual, es parte de ‘De cómo llegamos hasta aquí (éramos felices y no los sabíamos)’, un proyecto artístico, curado por Hernán Pacururu. En este también participan los artistas ecuatorianos Sara Roitman, Omar Puebla, Patricio Palomeque, Carlos Vaca, Belén Mogrovejo, Arturo Cariceo y Freddy Guaillas.
Pacurucu cuenta que este proyecto nació después de recibir la invitación de la Fundación Francis Naranjo, de las Islas Canarias y del Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil. A partir de entonces armó una exposición que se exhibe en las plataformas virtuales de los dos museos y en redes sociales.
A partir de sus reflexiones sobre el encierro y el distanciamiento social que está viviendo el mundo, a consecuencia de la emergencia sanitaria provocada por el covid-19, Pacurucu armó el proyecto.
“Antes de la pandemia -dice- el sistema en el que vivimos había logrado que lo colectivo sea visto de forma despectiva. Ahora estamos perdiendo lo último que nos quedaba de afectividad con los otros y eso es algo que quería que se viera en estas piezas”.
Cuando invitó al puñado de artistas, que son parte del proyecto, les propuso que usen el GIF como un soporte material que reemplace a los tradicionalmente usados en la creación de una obra de arte. Cuenta que eligió este soporte porque junto a los memes son dos de los medios visuales que han tomado el protagonismo en redes sociales pero, sobre todo, por su capacidad de articular reflexiones políticas, a través de una nueva estética.
“En estos momentos, el arte enarbolado como contemplación estética se siente innecesario dentro del imaginario general”, señala el curador. “Soportes como el GIF, que son ligeros, de rápida asimilación, de comprensión dinámica y cuya estrategia es la repetición, calan perfecto para insertar el sentido crítico del arte, entre los soportes digitales y el enjambre de imágenes que produce la red”, añade.
El resultado de la propuesta de Pacurucu se puede ver en piezas como ‘Y no es por un virus’, de Belén Mogrovejo. Se trata de una serie cronológica de ‘redibujos’ de fotografías de diferentes estudiantes, que salieron a las calles de Cuenca, a protestar por una educación de calidad, en las manifestaciones de octubre del 2019.
Cuando una persona hace clic en el GIF de esta artista, se pueden ver tres imágenes: la silueta de un joven con su rostro cubierto por una mascarilla y un letrero en sus manos en el que se lee “Me quitaron un ojo y ahora me quieren quitar la educación”; un cuadro oscuro que dice “Y no es por un virus”; y otra silueta de un joven con la frase: “Cuenca resiste. Medidas económicas improvisadas”.