‘Nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira” (R. de Campoamor). El avisado lector estará de acuerdo en que también se dicen o escriben medias verdades, animadas por la pasión política, muy especialmente en tiempo de elecciones como es el que actualmente sufrimos los ecuatorianos. ‘Verdades’, ‘mentiras’, ‘medias verdades’: vayan unas perlas:
Resultado de una catástrofe política es lo que encuentra Rafael Correa cuando llega a la Presidencia de la República. No estamos perdidos, no llegaremos a ser un puerto franco, es el mensaje que cunde en el país que quiere ser. Manos a la obra, con optimismo.
“Si se derrumban nuestras casitas/ que no desmaye nuestra moral”. Fue la consigna que Carlos Rubira Infante nos envió en su precioso pasacalle ‘Altivo ambateño’, cuando el terremoto de agosto de 1949. “Vuelve ambateño si estás muy lejos/ tu tierra linda te quiere ver”, el mensaje que acompañó a aquella determinación de no rendirse ante la adversidad. Miles de muertos. Desde luego que lágrimas no faltaron.
No me curo de espanto. Leo algo que lo considero inapropiado y me viene un repelús incontrolable. A Rumiñahui (en quichua: rumi, piedra; ñahui, ojo), se le asignaba tal apelativo, según el decir de los escribidores, porque su mirada imponía pues era dura como la piedra, y así otras linduras. El Gral. quiteño era tuerto y se ponía una piedra (¿una esmeralda?) en la hueca cavidad ocular.
La de anoche, entre el 24 y el 25, con toda la familia reunida en casa de uno de los hijos. En la sala, el Nacimiento y el arbolito de Navidad. Más bien temprano, pues a los niños les viene el sueño también temprano, el abuelo que toma la palabra. Somos una familia católica. Nos hemos reunido para recordar el nacimiento del Niño Jesús, como lo han hecho desde hace 2 000 años quienes vivieron antes que nosotros. Aquel Niñito vino al mundo trayendo un nuevo mensaje. Cuando se hizo hombre se le vio recorrer todos los caminos y no se cansaba de repetir ‘amaos los unos a los otros’, ‘ama a tu prójimo como a ti mismo’. Se le conoció como Jesús de Galilea. Fue crucificado, murió clavado en una cruz, porque pocos fueron los que comprendieron sus palabras y eran numerosos los que no sentían amor por los demás hombres. Es la razón por lo que nosotros, como millones en todo el mundo, recordamos el nacimiento de ese hombre bueno. Espero que mis hijos, y mis nietos, continúen reuniéndose como esta
Más bien pocos, entre los tantos españoles que he conocido, los que les tenía sin cuidado eso del más allá, la eternidad digamos. Por el contrario, tengo la impresión que para los más de nosotros, los hispanoamericanos, nuestras incógnitas son más bien terrenales: lo inmediato que supone el diario vivir. Aunque parezca paradójico, así nos explicaríamos la desmemoria y olvidos que se repiten y repiten en ‘Cien años de soledad’. De ahí también que la trascendencia de los acontecimientos a pocos les ha llevado al dolor de pensar. Se explica así que los más de nuestros historiadores no hayan pasado de ser relatores puntuales y nada más. Los juicios de la historia un empeño de muy pocos en los últimos tiempos. El caso de Enrique Ayala Mora con su ‘Nueva Historia del Ecuador’, juiciosa y analítica, es la clara demostración de que tal historia estaba por escribirse.
Legislar y fiscalizar son las funciones que explican y justifican la existencia de una Asamblea Nacional. Puede darse el caso, como sucede en la actualidad que los asambleístas afines al Gobierno sean la mayoría. Ello no obstante, cabe la intervención de los representantes del pueblo en asuntos en los que la gestión del Ejecutivo es cuestionada. Es el caso de los problemas relacionados con la salud pública. En tal entendimiento es que me estoy dirigiendo a la Asamblea Nacional.
Por lo que se ve y se sabe, tiempo de portentos. Como para no creer. El símil de una nave al garete que de milagro se enrumba cuando los ciegos vieron y los paralíticos caminaron.
No me pierdo una de las frases que publica este diario en la primera página de opinión a continuación de la caricatura. La de mayor impacto en estos últimos días, por variadas razones, la de Gregorio Marañón, ilustre médico, científico y humanista español: "Toda la historia del progreso humano se puede reducir a la lucha de la ciencia contra la superstición".
Luego de participar en el III Congreso Internacional de Endocrinología que tuvo lugar en México a comienzos de 1968, un amigo piadoso me recomendó que no podía volver a Quito sin la novela de un colombiano que estaba produciendo furor. Se trataba de "Cien años de soledad" de García Márquez, en primera edición, más bien modesta, de la Editorial Sudamericana.
A los militares ecuatorianos yo les tengo un gran respeto. Su vocación, el de cada uno de ellos, debió haberse iniciado cuando comprendió que a su patria se le pretendía negar espacios geográficos, inclusive su misma existencia. Dejar de ser, en último extremo, inaceptable. De ahí que el pensamiento de Mons. González Suárez debió calar muy hondo en su decisión de integrarse a nuestras FF.AA.: "Si ha llegado la hora de que el Ecuador desaparezca, que desaparezca, pero no enredado en los hilos de la diplomacia sino en el campo de batalla y con el arma al brazo". Decisión admirable, por donde se lo mire. País pequeño, el nuestro. Pequeñas sus FF.AA. en relación a las de los vecinos. Ser militar ecuatoriano: prepararse para resistir, asestar golpes contundentes llegado el caso. Y nada más. Patriotismo, ¡desde luego! Nacionalismo, ¡sin lugar a dudas! Nacionalismo y patriotismo: la fuerza de la memoria histórica en pueblos como el nuestro, hasta tanto no nos resignemos a la condición de huay
Cuatro son los camélidos sudamericanos andinos: la llama, la alpaca, la vicuña y el huanaco. Los dos primeros domesticados hace más de cuatro mil años por el pueblo que llegó a crear el Imperio de los Incas. Vicuñas y huanacos permanecieron en estado silvestre.
Estudiar la historia de las ciencias en un país como el nuestro, de trayectoria científica no asumida, resulta ser un ejercicio en extremo delicado y de gran responsabilidad si lo que se propone es añadir un capítulo en la Historia Nacional.
En la situación de privilegio en que me hallo, contar con un espacio de opinión en un Diario como EL COMERCIO, creo cumplir con la obligación que me he impuesto de relievar también los pasos que va dando el Gobierno en su propósito de que salgamos del pantano del subdesarrollo, aunque esto conlleve declararles la guerra a quienes lucraban en 'la isla de la paz', como le habían definido cínicamente a nuestro desventurado país aquellos pulpos.
Al menos en Quito los resultados de las últimas elecciones dan para pensar que el presidente Correa se dejó llevar por razonamientos de peso como que la gran obra, histórica, realizada por su Gobierno influiría en la voluntad de los electores. En este sentido apostó fuerte tanto que la obra del alcalde Barrera quedó en segundo plano y la figura del burgomaestre bastante disminuida. Fue arrollado por quien se presentaba ante los quiteños sin otro mérito que el de constituirse en el oponente más cercano al Presidente de la República, tan es así que el Palacio Municipal está a dos pasos de Carondelet… Lo imposible con Nebot, la derecha económica en pleno con Rodas a la cabeza preparándose para cubrir esa corta distancia. De ahí también que uno de los derrotados sea Guillermo Lasso, banquero, líder de Creo, con una votación importante en las elecciones presidenciales, a quien no se le puede incluir en la línea del capitalismo salvaje.
Se les llenaba la boca citando el ejemplo de los tigres asiáticos. Países más pequeños que el nuestro habían logrado, en una generación, índices de crecimiento y desarrollo equiparables a los alcanzados por los europeos, los más adelantados, luego de más de 100 años de haber iniciado su revolución industrial.
Como maestro, el mejor regalo que he recibido. María Paulina Ordóñez me envió su última publicación: "Using-induced Pluripotent Stem Cells to Model Monogenic Metabolic Disorders of the Liver. Liver Disease, 32 (4)/2012, 298-306". Una aportación al conocimiento la realizada por una ecuatoriana. Paulina fue una destacada estudiante entre los alumnos que tuve en la Escuela de Medicina de la U. Central. Decidió hacer sus estudios de posgrado en los Estados Unidos. Largo trayecto de más de 10 años de formación le llevaron, con todos los méritos posibles, a ser lo que hoy es: Miembro del 'Staff' del Departamento de Pediatría, Gastroenterología, Hepatología y Nutrición de la Universidad de California. Paulina no retornará a su país. En los Estados Unidos halló el espacio para desarrollar sus enormes potencialidades. Una pena que se suma a la de otras ausencias.
Los médicos no estamos pidiendo impunidad como manifiesta Alexis Mera, secretario de la Presidencia. Rechazamos, eso sí, el Código Orgánico Integral Penal (COIP), en lo que se refiere al homicidio culposo por mala práctica profesional. Es decir, si la muerte del paciente es producida "por acciones innecesarias, ilegítimas y peligrosas" realizadas por el médico responsable del caso. Tipificado así el delito, homicidio culposo, de 3 a 5 años de cárcel con lo cual el médico quedaría lapidado para el resto de su vida profesional. De ser declarado inocente, el estigma de un juicio penal por presunto homicidio culposo le acompañará en el ejercicio de una profesión en la que tanto cuenta el buen nombre, dados sus antecedentes y la confianza que inspira.
Debo participar en las elecciones de hoy. Las considero cruciales para una institución a la que tanto debo pues me permitió realizar un sueño: ser profesor universitario y durante 43 años. Mi voto no llegará a las urnas pero sí a las conciencias de profesores, estudiantes y empleados que lean este artículo de opinión. Una pretensión, digamos, de la que no está exento ningún escritor .
Fernando Cordero es político de nacimiento, expresidente de la Asamblea Nacional por años y desde hace unos meses preside el Consejo Directivo del IESS. Qué le llevó a este personaje a sostener que "la salud es un tema que no siempre ha estado bien manejado por el Estado: Gobierno, IESS y municipios". Debió haber constatado que le habían puesto a dirigir una institución que en cuanto a prestación de servicios, salud incluida, es un desastre que se nos viene encima. "Yo no he sido" sería el mensaje de 'el Corcho'.