En América Latina el antes y el después del coronavirus presentan extremos de la situación social que se expresan en el hacinamiento y en la precariedad de una sociedad, con 50 % de la población en condiciones de sobrevivencia.
En la historia mundial de los últimos siglos, ante situaciones similares, se produjeron reacciones ideológicas y polÃticas que configuraron nuevas edades para el occidente del planeta. La filosofa liberal y el empuje burgués produjeron verdaderos cataclismos polÃticos y sociales: la independencia de EE.UU., la Revolución Francesa y la liberación de las colonias de Hispanoamérica. Marcaron un siglo intenso. Luego, en la siguiente centuria, el socialismo, principalmente en su vertiente marxista y en la Doctrina Social de la Iglesia Católica fueron parámetros ideológicos frente a las prácticas económicas del liberalismo salvaje. Asà se consolidaron el derecho del trabajo, la asistencia social pública los derechos polÃticos de la protesta, la opinión libre y asociación que inauguraron tiempos nuevos. Siguiendo la ruta histórica, las guerras mundiales modificaron el mapa planetario con un cambio profundo y una nueva era. En los últimos años la globalización y las revoluciones tecnológicas producen fenómenos culturales, cuyos efectos combinados aún son estudiados, muy distantes de una comprensión integral. En principio se pensaba que era una revolución de las comunicaciones y empieza a comprobarse que mal usados pueden ser perversos instrumentos contra la interacción natural del hombre en sociedad. Se pensaba que acercaban ‘al otro’ y hay signos de lo contrario. Solo, ‘el yo’ y la máquina, cualquier otro elemento es secundario.
Sin embargo, el coronavirus abrió otra puerta y alumbró una parte de la escena continental escondida: favelas, pueblos nuevos, barrios suburbanos, villas miseria y cantegriles cuya prologada existencia cobra inusitada vigencia con un virus sin clases y el agravante que lo social termina en lo polÃtico. Eran y son pobres sin destino y no se concebÃa el peligro de un virus común que los iguale con la otra parte de la sociedad.
Si se compara con épocas de grandes cambios se puede sumar: un mundo sin referentes ideológicos, ni ejemplos paradigmáticos en lo polÃtico; miseria, pobreza y migración desordenada. Como añadido, pandemia global. No hay que ser adivino para predecir un cambio cuyas magnitudes en extensión y profundidad no son predecibles. El autoritarismo de Putin, la babel polÃtica de Chile, Trump en un laberinto diario y Bolsonaro con sÃntomas disociativos entre lo civil y militar; faltaban, Maduro y Ortega. En conjunto la vÃspera de un fenómeno de perfiles cósmicos como sucedió con la toma de la bastilla; el asesinato en Sarajevo o la invasión a Polonia. La pandemia se extinguirá, pero los cambios se vienen sin agenda. Huyan de Versalles, pueden venir los jacobinos.