El desembarco de Normandía

Finalmente ocurrió lo previsible: Hitler invadió Polonia el 1 de septiembre de 1939. A las 4:45 de la madrugada el acorazado alemán “Schleswig-Holstein” disparó los primeros cañonazos contra la base polaca de Westerplatte. Y, entonces, Inglaterra y Francia declararon sus acciones armadas contra Alemania.
Se inició así la Segunda Guerra Mundial.

Dos años después, en una madrugada de diciembre del 41, la aviación japonesa bombardeó la base naval norteamericana de Pearl Harbor en Hawai y causó la muerte de 2.800 soldados estadounidenses. Entonces, rompiendo su aislacionismo, los Estados Unidos entraron a la lucha contra las “potencias del eje”.
La guerra experimentó, con eso, un viraje fundamental. Hasta ese momento las fuerzas aliadas habían sido derrotadas en casi todos los frentes y combates por las tropas hitlerianas. En una fecha ominosa para los franceses —14 de junio de 1940— las tropas nazis marcharon a paso de ganso bajo el Arco del Triunfo en París. La ocupación se extendió por cuatro años, hasta que las fuerzas aliadas liberaron a Francia de la ocupación alemana. Hitler dominaba el Occidente europeo —en donde sólo Inglaterra se mantenía en pie de guerra— y los ejércitos alemanes se habían adentrado miles de kilómetros en la Unión Soviética. Italia, apoyada por los nazis, dominaba el Mediterráneo, y los japoneses, el Pacífico occidental.
Los Estados Unidos enviaron 5 millones de sus soldados hacia los campos de batalla y equiparon y abastecieron los ejércitos de Inglaterra, Unión Soviética, China, Francia y otros aliados con 300 mil aviones, 86 mil tanques, 3 millones de cañones, centenares de miles de vehículos militares y 71.000 barcos de guerra.
El hecho determinante del fin de la guerra mundial fue el desembarco de Normandía en la madrugada del 6 de junio del 44 —conocido en los anales de la historia militar como el “día D”— con la intervención de 1’750.000 soldados británicos, 1’500.000 norteamericanos y 250.000 franceses, canadienses, polacos y de otras nacionalidades. Fue la mayor invasión por mar de la historia.
El 25 de abril de 1945 las tropas norteamericanas e inglesas, que desembarcaron en Normandía, se encontraron en el río Elba con las tropas soviéticas que venían de las orillas del Dnieper. Unas y otras habían recorrido 3.200 kilómetros de combates para el encuentro. Los alemanes hicieron su último intento de defender Berlín, pero fueron destrozados.
Entonces Hitler se suicidó y poco antes Mussolini había sido colgado de un farol.
En agosto de 1945, con las dos primeras bombas atómicas de la historia lanzadas desde un bombardero norteamericano B-29 sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, se produjo la rendición incondicional del Imperio japonés.
Terminó así la delirante paranoia hitleriana de los “mil años” del Tercer Reich.