El papa Francisco está en tierra mexicana desde el viernes. La visita pastoral tiene aspectos importantes debido a la especial situación de México.
Cabe recordar que en 1857 México se proclamó laico. Se confiscaron bienes de la Iglesia y durante la revolución mexicana la Guerra Cristera dejó una estela de muertos.
Apenas en el año 1992 México y El Vaticano oficializaron sus relaciones diplomáticas. Todo lo mencionado puede llamar la atención al tratarse de una nación cuya mayoría de habitantes profesa la fe católica. La advocación de la Virgen de Guadalupe y su santuario son motivo de peregrinación de fieles de todo el mundo.
Juan Pablo II realizó cinco visitas pastorales a México. Su sucesor, Benedicto XVI, estuvo en 1992. El papa Francisco pisa suelo azteca por primera vez.
Por los antecedentes anotados, la presencia del Papa en el Palacio Nacional para ser recibido por el presidente Peña Nieto cobra especial significación.
Aunque los contenidos de la visita sean primordialmente pastorales, los mensajes del Papa traerán hondo contenido en materia de derechos humanos, violencia, pobreza, migración y corrupción. Todo con énfasis social.
México está asolado por la violencia del narcotráfico cuyos carteles amenazan a las fuerzas del orden, a las autoridades y a los ciudadanos. La droga ha dejado miles de muertos.
El bálsamo de la palabra del Papa llega a México en este momento clave.