La inversión pública apareció en el radar del Gobierno nacional. Un pedido que era recurrente durante los dos primeros años del mandato del presidente, Guillermo Lasso. Pero la prioridad del Régimen fue ordenar las finanzas estatales.
Su decisión buscaba generar estabilidad interna en las cuentas y para que en el extranjero nos tengan confianza. Sin embargo, siempre debe existir un sano equilibrio, más aún en un Ecuador que venía de una crisis, que se agudizó con los efectos de la pandemia.
El sector privado no está -por la pandemia- en la capacidad de generar todas las fuentes de empleo que demanda la sociedad y requiere el apoyo estatal con recursos. La inversión pública es una alternativa.
Y si no hay empleo, no existen recursos para las familias y eso afecta al consumo que requiere el sector productivo, que luego aportará con tributos para el Estado. Todo en economía tiene una conexión.
Hace pocos días, el presidente Guillermo Lasso dispuso que se suba a USD 1 000 millones el monto para la inversión en obra pública.
El ministro de Transporte y Obras Públicas, Darío Herrera, aseguró que el presupuesto aumentará de USD 400 millones a 1 000 millones. De esa cantidad, el 90% se invertirá en obra vial. Los recursos se canalizarán hasta el final del período presidencial, en mayo del 2025.
Los gobiernos autónomos descentralizados también recibirán este 2023 USD 3 328 millones. La razón es la aplicación de la reliquidación cuatrimestral del Modelo de Equidad Territorial. Eso representa USD 174 millones más que lo entregado en el 2022
El ministro de Economía y Finanzas, Pablo Arosemena, dijo que con estos recursos las 24 prefecturas, 221 municipios y 821 juntas parroquiales rurales podrán ejecutar más obras públicas en sus localidades. “Esto servirá para mejorar la calidad de vida de la población e impulsar la microeconomía, aportando así al crecimiento del país”.
¿Qué motivó a esta apuesta por la inversión? Las posibles respuestas serían: una segunda fase de la política económica, mejorar el capital político luego del revés electoral de febrero, buscar aleados frente a una posible inestabilidad en las calles y liderada por la oposición.
Sea la que fuese, lo importante para el Ecuador es que esa inversión se concrete en proyectos que generen fuentes de empleo en todos los ámbitos.