Distancia prudente en el diálogo Biden-Jinping
Estados Unidos y China tienen mucho que decir en el complejo tablero de la geopolítica planetaria. Así, en medio de la pandemia y sus efectos llegó el primer encuentro telefónico entre los mandatarios de las dos potencias.
Este tipo de encuentros tiene siempre limitantes en términos de las versiones oficiales, y apenas algunos trascendidos por fuentes oficiosas.
Joseph Biden ha conversado ya con varios líderes mundiales desde que inauguró su mandato. El intercambio de impresiones con el líder ruso Vladimir Putin y el último con el Mandatario chino tienen singular importancia, en un mapa que luego de la Guerra Fría se podría considerar como multipolar. Pero el resumen periodístico apunta que no hubo un primer momento de buenas señales. Biden enfatizó a los senadores de su país los resquemores del avance de China en la construcción de sistemas de trenes de alta velocidad.
Cuando el Mandatario norteamericano tocó temas espinosos como los derechos humanos en Hong Kong, las minorías religiosas en Xinjiang o el tema de Taiwan, Jinping levantó una barrera diciendo que eran asuntos internos de China.
En todo caso el que hayan hablado es un punto importante y más allá del protocolo de la felicitación por la llegada a la Casa Blanca o el año nuevo lunar chino, se espera que los jefes de Estado del planeta busquen acercamientos frecuentes y diriman sus diferencias de modo civilizado.
China y Estados Unidos son parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. China es un gigantesco socio comercial de Norteamérica y en la crisis inmobiliaria y energética que puso en vilo la economía de EE.UU., tuvo mucho que decir y ayudó a detener la caída precipitada.
Ahora la coyuntura pone a ambas potencias en planos diferentes. Mientras Biden debe reconstruir el tejido social lastimado, levantar la economía con ayudas y enfrentar la crisis sanitaria, China, contrariamente a las primeras proyecciones se muestra como uno de los países que tendrán mayor crecimiento. Dos visiones diferentes de un mundo redondo, en efecto, aunque complejo.