La noticia sobre la deportación de 29 ciudadanos cubanos en un vuelo de la Fuerza Aérea Ecuatoriana cierra un capítulo y abre muchas interrogantes e incertidumbres.
En 2015, según estimaciones oficiales, había 16 000 cubanos en el Ecuador sin papeles en regla. Muchos buscaron trabajo, se las ingeniaron para sobrevivir o solamente esperaban la oportunidad de llegar a Estados Unidos.
Pero la situación varió. Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos plantean cambiar la ley conocida como pies secos y pies mojados, que da la residencia a los cubanos que lleguen a territorio estadounidense. Todo parece indicar que ese estatus tiene los días contados.
Las imágenes de cubanos en las fronteras de varios países centroamericanos y las aventuras relatadas sobre los desplazamientos por la selva para llegar a Quito muestran la dimensión del drama humano.
Ecuador ha sido puerto de llegada de miles de personas por distintos motivos: refugiados colombianos, ciudadanos africanos, cubanos, todos con sus desgarradoras historias personales.
El Ecuador, en tiempos de la revolución ciudadana, proclamó y elevó a categoría constitucional la ciudadanía universal, luego exigió visa desde diciembre del año pasado y ahora procede a la deportación de cubanos.
Ese cambio en la normativa ha creado para un amplio conglomerado una situación compleja entre lo humanitario y lo legal.