En momentos en que el Gobierno explora varias salidas a la agobiante crisis económica heredada, entre ellas la ampliación y recuperación de mercados internacionales, la reapertura del Consejo de Comercio e Inversiones (TIC, por sus siglas en inglés) es una buena noticia.
Con esta decisión bilateral no solo se supera un prejuicio ideológico con uno de los principales socios comerciales del Ecuador, sino que se abre la posibilidad de seguir recuperando un mercado que, sin lugar a dudas, es estratégico para los productores ecuatorianos.
La reunión del ente bilateral se producirá en tres semanas, nada menos que nueve años después de que dejara de funcionar. Los retos son grandes, pues la falta de un acuerdo con Estados Unidos, a diferencia de lo que sucede con Colombia y Perú, ha determinado nuestra pérdida de competitividad, según hace notar el Ministro de Productividad, Comercio Exterior e Inversiones.
Las cifras son decidoras. Los envíos ecuatorianos a ese mercado han caído un 25% entre el 2014 y el 2017, e igual sucede con las importaciones. Con esa caída, de poco ha servido que la balanza comercial entre los dos países haya sido favorable para el Ecuador en ese período.
En las páginas de este Diario se han contado innumerables historias de productores que se preparan rigurosamente para ingresar a ese importante mercado y diversificar la oferta, aunque desde luego todavía se trata de productos primarios en la mayoría de los casos. El camino es largo, pero es bueno retomarlo.
A la par, el Gobierno realiza una serie de esfuerzos para dejar atrás una política comercial marcada por la ideología y que dio pocos resultados. Ahí está, por ejemplo, lo que sucedió con los tan promocionados acuerdos con Venezuela, que solo han dejado litigios y cuentas por cobrar.
La política internacional del Ecuador, al igual que la de otros países, debe estar guiada por sus legítimos intereses en diversos ámbitos. Uno de los más importantes es la generación de empleo y de recursos para enfrentar la persistente crisis.