Brasil, a segunda vuelta con claves indescifrables
Jair Bolsonaro ganó ampliamente las elecciones del domingo al candidato de Lula, tanto que casi no se requiere de segunda vuelta.
Pese a que hace una semana las encuestas le daban diez puntos de ventaja sobre su inmediato seguidor, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores ( PT), y contra ciertos pronósticos que decían que se acortaría, el dato final fue contundente.
Bolsonaro, de derecha extrema, logró el 46% de votos. Pero su victoria tiene varias curiosidades que vale la pena analizar. Un primer aspecto es que intentó -y lo logró, al parecer- presentarse como un ‘outsider’, a pesar que tiene 20 años en la política.
Llama asimismo la atención su popularidad inmensa en los sectores marginales de las ciudades. Allá donde los violentos imponen su fuerza en los sectores más pobres de Brasil, Bolsonaro alcanzó una votación grande . Alguien diría que era un voto cautivo de Lula y el PT. Pero no.
Es un candidato a quien se ha presentado como racista, en un país donde la diversidad étnica tiene huella como ninguno del continente. Es un candidato estigmatizado por sus posturas antifeministas, que gana la elección en un país donde los derechos femeninos mueven a actores sociales. Es un antiguo capitán del Ejército que, además, derrota a la izquierda. Queda pendiente la pregunta de la influencia religiosa.
Un factor que los analistas consideraron clave es el despropósito de las fuerzas centristas de ir divididos a la elección. En las elecciones pagaron la factura de la dispersión.
Allá en el país donde Lula sacó a 16 millones de su condición extrema de pobreza, la remoción de Dilma Rousseff y la corrupción sistémica que tiene a Lula en la cárcel condenado a 12 años -pese a su gran popularidad- pasan al PT una factura inmensa.
La corrupción, que aparece como problema secundario en las encuestas en varios países del continente, que parece solo preocupar a los intelectuales y a las capas medias, podría terminar hundiendo a la izquierda populista, salvo que remonte los casi 30 millones de votos de ventaja antes de fin de mes para que Haddad gane, lo cual luce muy difícil.