La Presidenta de Argentina tendrá que alejarse temporalmente del poder. Sufrió de una colección predural crónica y fue operada con éxito. Los partes oficiales de la Secretaría de Información aluden a una caída provocada el 12 de agosto.
Pero la caída de la que no se recupera y es crítica se refiere a su popularidad tras las elecciones primarias recientes. Las encuestas le auguran otro remezón en las elecciones congresales del 27 de octubre.
Los políticos opositores han guardado, estos días, una tregua en la intensa campaña por captar la mayoría en ambas cámaras en las elecciones, donde los pronósticos anuncian un alza significativa de distintas facciones de la oposición. Es grave y profundiza ese desgaste político, que mientras la Presidenta se recupera, al frente del solio presidencial -conforme al mandato constitucional por la ausencia temporal de su titular- quede al mando de esa nación el vicepresidente, Amado Boudou, agobiado por distintas denuncias de corrupción.
La debilidad del político populista y cantante de rock es que su credibilidad está por los suelos y, de acuerdo con los analistas críticos del Frente para la Victoria, el movimiento oficialista, es tema preocupante.
Cristina Fernández de Kirchner hoy está en situación delicada pero al problema de salud se une su débil condición política en los dos años que restan de su desgastado mandato que serán, sin duda, largos y tortuosos.