Dentro de esta guerra en Venezuela entre la Libertad y la esclavitud, entre la Democracia y la dictadura, está la otra cara del bravucón Maduro, esta es la de un personaje con miedo, ya que sabe bien que, mantenerse en el poder e incluso con vida, no depende de su cargo, sino del apoyo, no de la gente por supuesto, ni de “su” gente tampoco, sino de la poco confiable miseria humana, esto es, de la ambición desmedida y del latente temor a perderlo todo, ambiente en el cual no hay lealtades, sino conveniencias y falsas amistades. El miedo de Maduro sería tal, que habría estado listo para fugarse a Cuba u a otro país, quien poseería por cierto una gran fortuna en el exterior.
La trampa en el conteo de los votos, dada el domingo 28 de julio, en la cual muy forzosamente resultó ganador el dictador, no se la ha tragado prácticamente nadie, incluso los izquierdistas presidentes de Brasil y Chile, públicamente se han pronunciado en el sentido de que se exhiban las actas. Obviamente, los dictadores Díaz-Canel de Cuba y Ortega de Nicaragua han felicitado por los resultados a su par y colega Maduro, secundados por Petro y Arce; y, por supuesto, Correa junto con sus camaradas criollos, aplaudiendo vigorosamente, lo cual seguramente les pasará factura electoral local. Adicionalmente, tendría el apoyo de Rusia, China e Irán por razones geopolíticas, y por la evidente animadversión a los Estados Unidos, todo lo cual, sumado al apoyo del Cartel de los Soles (militares) hace muy difícil un retorno civilizado a la democracia.
En Venezuela gobernada por una narco dictadura, habría una suerte de triunvirato, por un lado, el grandulón Maduro, por otro Diosdado Cabello (cuyo nombre debería ser Diablodado) asociado a la actividad del narcotráfico y, Padrino jefe del Comando Conjunto y ministro de Defensa encargado de comprar y mantener el apoyo mediante el reparto de jugosos dividendos del narco dentro de las filas militares, estando estos embarrados hasta el cuello, razón por la cual intuyen que si cae Maduro caen ellos. ¡Vaya encrucijada!
Como la comunidad internacional exige transparencia, esto es, la exhibición de las actas, Maduro se habría ingeniado que, el dócil a sus intereses Tribunal Supremo de Justicia sea quien dirima si las más de 23.200,oo (aprox) actas le dieron o no el triunfo, para lo cual, concomitantemente, pretendiendo sacarse de encima al ganador de la contienda electoral Edmundo González Urrutia (con el 67% aproximadamente, y eso sin el bloqueado voto en el exterior, con lo cual el triunfo habría sido más amplio todavía) y a la heroína María Corina Machado, se les “acuse” de haber confabulado para hackear el sistema informático electoral, con lo cual de no presentarse los “acusados” a las indagaciones, la orden de captura podría ser cuestión de poco tiempo. Periodistas internacionales confiables informan que, paralelamente, la dictadura de Maduro habría contratado los servicios de un grupo chino a un alto costo económico, especializada en temas sensibles, tales como piratería y falsificación de actas, de tal manera que, ya no solo de haberse dado el conteo fraudulento, sino ahora para tapar aquello, con nuevas actas también fraudulentas (suplantadas) y, presentarlas en pocas semanas como “pruebas” de `su triunfo; no pudiendo exhibirlas al momento, ya que evidenciarían el fraude y el rotundo triunfo de González incluso en barriadas otrora Chavistas, que ahora ya no quieren ver ni siquiera sus monumentos en buena hora depuestos. Con lo cual esperaría el régimen calmar las tormentosas aguas políticas; y, de no resultar aquello, estarían considerando, de persistir la presión internacional y las manifestaciones locales, repetir las elecciones en los meses venideros, pero para entonces ya no solo Machado, sino ahora también González estaría impedido de participar por la injusta acusación en mención, con lo cual Maduro allanaría su triunfo en aquella contienda “democrática” de mentira; y, por supuesto, de existir alguna duda, no sería de extrañar que la misma empresa china, sería la encargada de “velar informáticamente” por la transparencia del proceso y no faltaría más, del conteo…