La visita al dentista suele ser uno de los miedos más comunes de los niños. Ya sea con su presencia en el consultorio o por canoterapia, los perros pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad que genera esta situación.
Especialistas en diferentes partes del mundo han optado por incluir a estos animales en los tratamientos dirigidos a los más pequeños del hogar. Emilia Valdez, psicóloga clínica y especialista en terapia asistida con perros, explica que la presencia de los canes en el consultorio es eficaz, ya que logra que el ambiente sea más acogedor y cómodo para los niños.
En países europeos, esta práctica es común. En España existen especialistas que ofrecen este servicio terapéutico a personas que requieren apoyo emocional y en Chile lo han utilizado para el tratamiento odontológico de niños con autismo.
Tras leer uno de estos casos en una clínica en Estados Unidos, José Ayala y Glenda Arias decidieron implementarlo en Ecuador. El proceso de búsqueda de un perro que pueda ser ideal para esta función se inició en el 2018. Después de un año y medio de realizar pruebas, eligieron a Aldo.
Este labrador, que ahora tiene cinco años, aprendió a ser el compañero de los niños y niñas que asisten al consultorio de Parque Dental, donde Ayala es el gerente general y Arias es la odontopediatra y gerenta médica.
Aldo fue entrenado para acostarse con los niños en la cama odontológica mientras son atendidos. Uno de los logros más importantes es que el animal no se asusta con los ruidos que producen las herramientas del dentista y se queda quieto junto al paciente. Incluso, se duerme.
Si son procedimientos más complicados, los espera en el patio del consultorio. Después de la cita médica el perro ayuda a los niños a relajarse, mediante juegos o también solo con su compañía.
Ayala explica que este animal puede obedecer alrededor de 30 órdenes. Además, aprendió a subirse y bajarse de la cama de una forma en la que no afecta a los pequeños o a los aparatos médicos en uso.
Aldo no solo trabaja en el consultorio, sino que también es la mascota de la familia. Cada día su dueño lo saca a pasear tres veces al día. Hay algunas semanas que debe pasar tiempo con su entrenador para reforzar sus conocimientos.
La odontóloga dice que la idea no es saturar a Aldo. Por eso, asiste al consultorio cuando tiene citas programadas y su entrenador se encarga de advertir a los pacientes que lo traten bien para que esté tranquilo.
Aldo cuenta con una certificación, obtenida en Estados Unidos, que lo avala como perro de terapia. Su presencia en el consultorio también ha sido de gran ayuda para niños inquietos, con discapacidad y con alguna necesidad específica.
Aunque los animales en los centros médicos son beneficiosos para tratar el miedo, en la actualidad existen terapias complementarias con perros fuera de este espacio. Valdez ayuda a superar este tipo de temores o fobias mediante la canoterapia.
La psicóloga explica que el miedo al dentista, a las vacunas, a los médicos o a la oscuridad es muy común. Por eso, con la ayuda de sus dos perros, Kaio y Pisco, busca las formas de reforzar la autoestima de los pequeños, para que tengan más confianza y puedan enfrentar este tipo de situaciones.
Kaio, por ejemplo, es un labrador que es adecuado para trabajar con niños que sufren depresión o necesitan más energía; y el pitbull Pisco es indicado para quienes padecen ansiedad u otras enfermedades.
Valdez, fundadora de Kaio Canoterapia, dice que estas terapias asimismo son adecuadas para los adultos que tienen miedo al dentista o para personas de la tercera edad. Es importante que los perros estén entrenados y no tengan reacciones negativas, además que conozcan el proceso médico y sus sonidos.