Para los más pequeños hay mobiliario que se adapta a sus actividades. Foto: Cortesía Pequeña Escala
En la concentración influye el espacio y por eso el área de estudio para niños y adolescentes debe cumplir con detalles en el mobiliario, iluminación y color para que sea adecuado y contribuya a un mejor desempeño.
El color es indispensable, ya que tiene efectos en el estado de ánimo de las personas. Para la diseñadora de interiores María Fernanda Jácome, lo principal para un área de trabajo en casa es colocar los tonos correctos.
Señala que se deben evitar tonos cálidos, como el rojo o el naranja, ya que pueden generar cansancio. El negro tampoco se aconseja ya que está relacionado con la falta de luz. Los ideales son los tonos fríos, como el violeta, el azul o el cian, pero se puede usar amarillo. Este último, señala Jácome, se relaciona con la concentración y la creatividad. Va bien con blanco o con el café oscuro.
La iluminación natural y artificial se combinan para generar un espacio confortable. Foto: Cortesía Estudio 593
Pero lo central es lograr espacios claros y en eso ayudan los tonos neutros, como el blanco y el beige.
Los tonos vivos solo deben estar presentes en detalles de decoración, en una columna o mobiliario para evitar distracción.
Otros detalles que se deben considerar son la ventilación y la luz natural, indispensables en espacios para niños y adolescentes, según Valentina Mosquera, arquitecta de interiores de Estudio 593. Estos sitios de estudio deben estar en lo posible cerca de una ventana. El uso de las plantas naturales también ayuda, ya que purifican el aire y logran una decoración fresca.
En cuanto a la iluminación, la mayoría debe ser natural y complementarse con luz artificial en la tarde o noche. La especialista señala que lo más recomendable es la luz en el techo y en el escritorio. Esta debe ser controlada para evitar molestia en los ojos durante las horas de trabajo.
Las especialistas recalcan que un espacio organizado contribuye a la productividad, por eso es importante contar con el mobiliario básico. El escritorio debe ser acorde a la altura de la persona y contar con una silla ergonómica, no necesariamente de ruedas. Además, son claves las cajonerías para almacenar útiles y cuadernos.
Mosquera indica que los libreros o las repisas también permiten tener el material de trabajo a la mano y optimizar el tiempo. Cuando el estudiante carece de esos recursos, pierde minutos buscando libros, por ejemplo.
El mobiliario con cajonería es fundamental para organizar el material de estudio. Foto: Cortesía Estudio 593
Si no se dispone de una habitación específica para un estudio, lo ideal es asignar un espacio de trabajo en el dormitorio y comedor. Estos dos sitios son los más adecuados, pero deben estar lejos de la televisión, equipos de sonido y otros dispositivos electrónicos que puedan distraer.
Y si carece de espacio de piso, la sugerencia es hacer de las paredes un área para organizar. Se pueden colocar, además de repisas, contenedores para lápices, libreros y más.
En el caso de los niños se puede optar por organizadores para el material didáctico y un área con alfombra cómoda, para que pueda sentarse a realizar los trabajos manuales.
¿Qué hay que evitar en los espacios para estudiar? Las expertas manifiestan que los espacios deben contar únicamente con la decoración e iluminación necesarias. Esa área debe ser armónica y trasmitir paz; por ello, mientras más sencilla mejor.
Evite conexiones eléctricas muy distantes para evitar cables en los pisos. Los dispositivos electrónicos útiles para el trabajo son necesarios, tales como impresora y laptop.