A la Comunidad : Qué antipatriota y ridícula resulta la actitud adoptada por el Sr. Jorge Yunda para aferrarse a la Alcaldía de Quito como una garrapata. Después de dos o tres malos alcaldes, he aquí que la capital de la República padece de una falta de Alcalde ( y, por consiguiente, de acción municipal) porque este personaje no quiere reconocer la resolución válidamente adoptada por la mayoría de los concejales de Quito y ratificada por el más alto Tribunal Electoral, según la Constitución.
Y es que el Sr. Yunda se ha valido de todos los pretextos, argucias y postergaciones que permiten las leyes actuales e, incluso con la presentación a destiempo de uno o más recursos, trata por todos los medios de impedir su remoción del importante cargo municipal. Pero la Alcaldía de Quito no puede ser motivo de burla y una persona que no está capacitada para atender las necesidades de una ciudad de millones de habitantes no puede vivir sin servicios suficientes ni atención adecuada porque así lo quiere el capricho y quién sabe qué otros intereses de un personaje que oscurece la historia de la urbe.
Por otra parte, llama la atención la falta de acción del presidente de la República frente a este problema que ya ofrece un espectáculo risible en el exterior y que está provocando el grave hecho de que varios países importantes y organismos internacionales retiren la ayuda que estaban dispuestos a ofrecer para atender los problemas de la Quito y hallar una administración competente para el abandonado y carísimo Metro que yace detenido.
Con la debida consideración, me permito llamar su atención al Sr. Guillermo Lasso al hecho de que Quito es la capital de la República y que él, como Presidente del Ecuador, es el Jefe de Estado, es decir, el ciudadano elegido para velar por la soberanía y el orden en todo el país y por los más caros intereses del Ecuador. A ver si figuras como Rocafuerte, García Moreno, Isidro Ayora, Camilo Ponce o Velasco Ibarra hubieran permitido semejante espectáculo en el que el ex Alcalde incluso convoca a sesiones a los concejales y algunos de estos, de una forma incomprensible, acuden a ellas. Es preciso decir, y espero que lo ratifique la Corte Constitucional, que todas las decisiones, nombramientos, despidos, contratos y actos de Jorge Yunda son nulos e improcedentes y que este ciudadano tendrá que responder por arrogarse funciones que ya no le corresponden.
¿Acaso el presidente de la República no puede dictar un decreto de emergencia y poner a la ciudad bajo un régimen de excepción de una vez por todas? Ya basta de manos blandas, de robos y de personajes de comedia que se burlan de los jueces y jueces que dejan salir de las cárceles a los malos ciudadanos . Ya debería asumir plenamente las facultades de Alcalde, incluso con el apoyo de la Policía Nacional, el Dr. Santiago Guarderas.