El anterior gobierno, redujo el presupuesto de las universidades públicas del país en 98 millones de dólares. Y para éste año podría haber otra disminución, dada la gravedad de la crisis fiscal derivada de la pandemia, que obligó a confinamientos estrictos durante los meses de marzo a junio del año anterior que, de nada sirvieron, lo que sí ha servido es la vacunación masiva que ha reducido las muertes en el país.
Fue lamentable, escuchar al Dr. Fernando Sempertegui, rector de la Universidad Central, hablar de una “posible crisis institucional.” Lo que él no dice, es que la misma, ha sido el resultado de la mala organización administrativo-financiera, donde se eligen decanos por compadrazgo, pero no con base en concursos de méritos y oposición, como ordena la Ley Orgánica de Educación Superior y donde se persigue a profesores de excelencia por pensar diferente y no estar alineados con el socialismo.
Es más, se contrata a profesores cubanos o venezolanos (con latisueldos) para que adoctrinen.
La economía es la ciencia de administrar los recursos escasos, algo que un médico, obviamente, desconoce.