Texto y contexto crítico

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Jorge Imbaquingo

Jorge R. Imbaquingo

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Knight Fellow Stanford University 2012. Es periodista desde hace 23 años. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2016 como Editor de Ciudad. Actualmente ocupa el cargo de Editor Político.

El misterio de las firmas en blanco

La pugna que se ha desatado entre la Contraloría y el Consejo Nacional Electoral (CNE) tomará un giro menos dramático entre ellos, una vez que el ente electoral acepta las recomendaciones del primero. Así la atención se centrará en la suspensión de cuatro movimientos políticos, uno de ellos, Fuerza Compromiso Social (FCS) que aglutina a los correístas sin partido ni Correa.

Contraloría hizo un informe en el 2019 que desnudaba la calificación de movimientos políticos y la poca prolijidad del CNE para tener la verificación de datos, y pedía que se eliminara a cuatro agrupaciones. El aspecto más controvertido de las inscripciones es el uso de firmas que no pueden ser contrastadas. Sobre FCS, el caso se remonta al 28 de enero del 2016, cuando se le niega la inscripción, porque le faltaban 32 000 firmas.

Sin embargo, el 18 de agosto del 2016 FCS llega al Pleno del CNE con más firmas y este órgano acoge la sentencia 347-2013-TCE del Tribunal Contencioso Electoral, que permite contabilizar firmas no contrastables para la inscripción de partidos. Solo que la normativa pide que eso debe contrastarse en el futuro... algo que no pasó.

FCS se inscribe con 17 916 de estas rúbricas que el CNE las bautiza como firmas en blanco. Esto ocurrió en la presidencia de Juan Pablo Pozo. El líder de FCS, quien elevó el reclamo, era Iván Espinel, primo de Fernando y Vinicio Alvarado, hombres fuertes del correísmo. Espinel hoy está sentenciado a 10 años por lavado de activos.

Esta es la auditoría de las firmas de FCS: 665 tenían número de cédula incompleto; 12 427 cédulas no válidas; 3 146 firmas repetidas; 33 fallecidos; 16 menores de edad. FCS solo tenía en rigor 158 413, y no alcanzaba a las 174 199 firmas que necesitaba para ser aprobado.

Las 17 916 firmas en blanco con las que el CNE del 2016 inscribió a FCS casi se equiparan a las 15 622 que Contraloría no dio como válidas. El misterio de las firmas en blanco muestra la opacidad de la aprobación de partidos en Ecuador.