Una serie de cinco entrevistas a los líderes de las fuerzas políticas más representativas finaliza hoy. Uno de los ejes importantes ha sido mostrar su opinión sobre las medidas para la crisis sanitaria, económica y social que se presenta inefable en el país por la pandemia del covid-19. A pesar de que el país necesita una unidad inmediata y sin presiones para superar uno de los momentos más complicados de la historia republicana, se mantiene la impronta de reafirmar criterios.
Aun así, hay que admitir que el tono bajó y las críticas inamovibles, al menos, se han desplazado hacia el terreno del quizás. Por ejemplo: el presidente, Lenin Moreno, anunció las medidas que se aplicarían y, 48 horas después, el correísmo había lanzado un comunicado en el que anunciaban que no había cabida para apoyar a su némesis (el primer mandatario). 24 horas después, los socialcristianos hacían lo propio y anunciaban que si se aprobaban los tributos, ellos promoverían una consulta popular para que fuera el pueblo quien decidiera si se trata de épocas de impuestos.
Pero ya pasados los días, las posiciones han ido cediendo terreno. Incluso en la Asamblea se realizaron varias reuniones no oficiales, por fuera de las comisiones, el Consejo de la Administración Legislativa y el mismísimo Pleno. El presidente de la Asamblea, César Litardo, le dijo a este Diario que la metodología para conseguir los cambios necesarios para sacar adelante al país en esta crisis era llegar a acuerdos mínimos, vislumbrar el espacio de los puntos comunes.
Es evidente que la ley que envió el Presidente Moreno para aminorar los efectos económicos de la pandemia no será la que se apruebe, porque en estos precisos momentos cada bloque legislativo hace sus apuestas y se juega sus presupuestos ideológicos en una coyuntura donde cualquier paso puede pesar. ¿Será que lo vuelven a echar a perder? Queda la reflexión de Enrique Ayala Mora, que el papel de la Asamblea debe ser de menos hiperpolitización en plena pandemia.