La política exterior del país tiene dos aspectos que deben diferir íntegramente de lo que han hecho los gobiernos en los últimos 14 años. Por una parte, un pragmatismo que permita afianzar las metas económicas del país urgido por las secuelas de la crisis de la pandemia. Por otra, utilizar adecuadamente la cuota política.
Pragmatismo. El concepto viene directamente de una corriente ligada a la diplomacia: la realpolitik alemana que permitió a Europa vivir en paz. Una vez que se la abandonó, las dos guerras mundiales fueron inevitables. El concepto se basa en el equilibrio. Si se hiciera una panorámica de la política internacional del Ecuador, en la era correísta el país miró directamente a China; y tras la ruptura de Lenín Moreno con Rafael Correa, el Gobierno giró hacia EE.UU. Dado que esas dos actitudes carecían de equilibrio, la apertura hacia una realpolitik era imperiosa, para que el país se reactive económicamente es mandatorio abrir mercados y en esa lógica es necesario hablar con todos los países.
La pragmática muestra a la diplomacia como una vía para lograr acuerdos de toda índole. La actitud de este Gobierno en ese sentido ha logrado el abastecimiento de vacunas y para ello habló con Estados Unidos, con China, con Rusia.
A la hora de cerrar acuerdos poco importa la ideología del gobierno al que se acude en busca de mercados. La semana anterior, el presidente Guillermo Lasso visitó México y finalmente el proceso de un tratado de libre comercio se destrabó, algo importante para la inclusión de Ecuador en la Alianza del Pacífico, un bloque comercial integrado por Colombia, Chile, México y Perú.
El Gobierno de México no es precisamente de la misma línea del de Lasso. Sin embargo, el mandatario Andrés Manuel López Obrador hizo una invitación exclusiva al Presidente ecuatoriano para que asista a la celebración de los 200 años de la independencia de México. En esa celebración, López Obrador hizo un elogio a Guayaquil y a la figura de Vicente Rocafuerte, pieza clave en la novísima nación mexicana como uno de sus diplomáticos en las Cortes Reales de Cádiz. Si no hubiera pragmatismo, las ideologías divergentes habrían causado un bloqueo entre las dos naciones.
Esta semana estaba prevista la visita del presidente de Argentina, Alberto Fernández. A pesar de que fue cancelada a último minuto, la invitación muestra ese espíritu, como lo fue tender diálogos con el presidente de Perú, Pedro Castillo; así como conversaciones telefónicas con Vladimir Putin, líder de Rusia; o con su par de China, Xi Jinping.
Finalmente, es importante que este Gobierno use ese concepto con respecto a los nombramientos de sus embajadores de cuota política. En el anterior Gobierno hubo de 54 funcionarios de cuota política, lo cual excedió el 20% legal.
Ahora, de a poco se dan a conocer los beneplácitos de otros gobiernos y se sabrá la cantidad de embajadores políticos. Y dadas las difíciles circunstancias que vive Cancillería por declaraciones del embajador en España, solo cabe decir que lo que la realpolitik ha unido… la cuota política no lo separe.