Solo para empresas y emprendedores

Es una columna que analiza la situación y los desafíos de las empresas, las pymes y los emprendimientos en el contexto económico ecuatoriano e internacional. Otros artículos del autor: http://bit.ly/xBasantes Twitter: @XAVIERBAS

Xavier Basantes

Lic. en Comunicación, U. Central. Posgrado en periodismo en U. Andina y diplomado en gestión empresarial del Tec de Monterrey. Periodista económico. Del 2009 - 2016, Editor de LÍDERES. Exeditor de El Comercio TV; ahora Macroeditor de Proyectos Multimedia.

Inclusión financiera y microfinanzas

En la década de los ochenta se sentaron las bases de una de las iniciativas que más han impulsado la inclusión financiera en el mundo. Muhammad Yunus (Premio Nobel de la Paz, 2006) emprendió en la creación del Grameen Bank y el propósito fundamental fue promover la inclusión financiera y otorgar créditos a los más pobres y sobre todo a mujeres cabezas de hogar, por su responsabilidad a la hora de honrar sus deudas.

Transcurridos más de 40 años de esta experiencia financiera sustentada en esa filosofía de apoyo, cada vez más mujeres son sujetos de crédito en el sistema económico mundial, a través de las microfinanzas.

Este modelo tomó más fuerza en Ecuador hace un par de décadas y durante este tiempo varias entidades financieras han desarrollado programas específicos mediante la entrega de microcréditos. Los bancos han destinado ejecutivos especializados para llegar con sus productos a sectores rurales o brindar cobertura en sitios de elevado desarrollo comercial en zonas urbanas.

Además de apoyar a emprendedores, sobre todo mujeres, esta cobertura también ha contribuido a mejorar la inclusión financiera. Y esto no solo sucede en el país. En el 2012, en América Latina, un 32% de mujeres era parte del sistema y en 2017 subió a 51%, según un reporte de Global Findex.

Los principales bancos del Ecuador han intensificado sus planes para atender a las mujeres y eso incluso les permite fondearse con recursos externos. Allí está el apoyo de la Corporación Internacional para el Desarrollo que ha entregado recursos para créditos dirigidos a mipymes y microempresarias.

En este 2021 y en un contexto de reactivación, este segmento se perfila como uno de los más activos en el país. Simultáneamente y por efectos de la pandemia, la tecnología está profundizando la inclusión financiera en África, América Latina y Asia, ya que crea una mayor accesibilidad a los servicios financieros para clientes nuevos y tradicionalmente desatendidos. Ahí también hay gran una oportunidad.