Informe Judicial

Es una columna que incluirá información sobre temas relacionados con seguridad y justicia. Otros artículos del autor: http://bit.ly/gTipanluisa Twitter: @ECtipanluisag

Geovanny Tipanluisa

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central del Ecuador. Tiene 20 años de experiencia en periodismo. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2003 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente es Editor de Seguridad.

La migración venezolana y las mafias

La situación por la que atraviesan los ciudadanos de Venezuela espeluzna. No solo que debieron huir de su país, sino que ahora son atacados por criminales que les someten a prostitución, a trabajos forzados o son atemorizados para vender droga en las ciudades.

Eso sucede en Ecuador, pero poco ha trascendido entre las autoridades. Incluso han negado este fenómeno delictivo. ¿Por qué? ¿No se quiere alarmar? Pero los agentes han incursionado, por ejemplo, en locales que supuestamente dan servicios de spa y han hallado a jóvenes de Venezuela que eran prostituidas en el norte de Quito.

Dos de cada 10 migrantes venezolanos que ingresan a Ecuador son niños o adolescentes. Solo ese dato debería movilizar a todo el Estado ecuatoriano, para frenar a las redes delictivas. 28 denuncias han llegado a la Fiscalía, pero hay personas que prefieren callar y se van del país. ¿Cuántos casos habrá realmente? No hay respuesta oficial.

El único refugio de los afectados han sido los mismos venezolanos radicados en Quito. Hasta ellos han llegado hombres y mujeres, que cuentan cómo las mafias les acorralan, les destruyen los documentos migratorios y les extorsionan con denunciar su presencia irregular si no obedecen.

Cada día, un promedio de 2 000 venezolanos ingresa a Ecuador. Entonces, Fiscalía, Ministerio del Interior y Policía deberían no solo reaccionar, sino prevenir. Ayuden a las víctimas de trata. Que no se repita lo ocurrido con uno de ellos. Huyó de sus captores, pero cuando quiso poner la denuncia le pidieron que lo hiciera en donde se perpetró el delito.

El afectado no iba a retornar a ese lugar. El temor era más fuerte y se fue a Colombia.

Hay que parar las falsas ofertas de trabajo que atraen a los ciudadanos. Rastreen las redes sociales, por donde se propaga esta información ilegal. Intensifiquen los operativos antimafias. Identifiquen a los responsables.
Las alertas están prendidas y por el bien de la comunidad venezolana en Ecuador es imperante que se actúe de inmediato.