Dos guías penitenciarios fueron detenidos por fuga de waoranis

Dos guías penitenciarios del Centro de Detención Provisional de Orellana estaban a cargo de los siete waoranis acusados de presunto genocidio. Ayer, un juez de Garantías Penales de esa provincia ordenó la prisión preventiva de esos celadores por el presunto delito de evasión.

El sábado, cerca de las 18:30, tres de los siete waoranis escaparon de ese lugar y solo uno fue recapturado, hasta el cierre de esta edición. Ellos estaban detenidos desde noviembre pasado, porque aparentemente participaron en la matanza de más de 30 indígenas no contactados en marzo del 2013.

En un inicio estaban retenidos en Nueva Loja, Sucumbíos, pero recientemente se los cambió al centro que opera en Orellana. Esa información fue difundida ayer por la Fiscalía a través de su cuenta de la red social Twitter.

De este traslado no había sido notificado Andrés Acaro, abogado de los detenidos. Él aseguró que no hay mayor información de la fuga, pero considera “irresponsable” tener solo dos hombres a cargo de siete indígenas.

“No conocemos cuál es la intención del Ministerio de Justicia de este traslado. Pero no era un equipo suficiente para que cuidara de siete waoranis”, aseguró ayer vía telefónica.

Además, el abogado hizo referencia a las condiciones en las que los siete hombres viven en el centro de rehabilitación y dijo que no eran las adecuadas para unas personas de la selva.

El juicio en contra de los indígenas está suspendido mientras la Corte Constitucional resuelve el tratamiento que debe tener el caso. El juez segundo de Garantías Penales de Orellana, Álvaro Guerrero, pidió en abril una consulta a esa instancia, por haber “normas jurídicas cuya aplicación resulta contraria a la Constitución”.

La audiencia está prevista para hoy a las 10:00. Allí, los magistrados deben conocer las exposiciones de las partes sobre el caso. Si se utiliza la justicia ordinaria, los siete detenidos podrían enfrentar una pena de hasta 25 años de cárcel.

Los indígenas eran habitantes de la comunidad de Dicaro, en el Parque Yasuní. Fueron detenidos durante el operativo de rescate de una niña taromenane, presuntamente llevada después de la matanza.

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