Las fiestas de Quito empezaron y no puede faltar un canelazo. No hay chiva, fiesta de barrio o recorrido por el Centro Histórico sin esta bebida.
Según los gustos, la receta puede incluir o no piquete, es decir, un licor fuerte que abrigue en medio de los festejos. Esta bebida tiene historia.
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La evolución de la bebida
El chef y docente universitario, Edgar Reyes da cuenta de que el canelazo ha ido evolucionando, quitando y poniendo ingredientes. Así, por ejemplo, las hierbas han ido saliendo de la fórmula y, de a poco, se integran nuevos elementos, como la naranjilla.
Hasta ahí se puede hablar de un canelazo típico. Pero, el experto alude a la incorporación de piña, babaco e, incluso, guayaba y mora.
Algunos, a su vez, reemplazan el azúcar por panela. De hecho, el chef da señales de las versiones de canelazo tipo cóctel; es decir, frío y con múltiples combinaciones.
Un canelazo de autor
El docente universitario hace referencias como que, durante los festejos de la ciudad, el canelazo desplaza a cualquier bebida.
Es así que la receta ha llegado a restaurantes de autor. En ese camino, Reyes cuenta sobre la transformación con ingredientes como polvo de canela e ishpingo.
La base del canelazo, además, ha tomado forma de concentrados, como un macerado de aguardiente con canela. A partir de esta preparación, luego de un tiempo de reposo, se realiza un coctel.
El canelazo en las fiestas de Quito
El canelazo tiene un trayecto con rastros en la época de la Colonia. Edgar Reyes comparte que se sabe que en el Centro Histórico abundaban las tabernas y pulperías.
En esos sitios se expendía alcohol de diferentes denominaciones, como las bautizadas como mezclas misteriosas.
Se servía una bebida caliente hecha de hierbas y mezclada con alcohol artesanal, lo que comúnmente se conocía y hasta este 2024, como hervidos.
Reyes detalla que, con el pasar del tiempo, ese hervido fue evolucionado y, a modo de medicina para el resfrío, se ofrecía licor con agua de canela. Con los años, tomó el nombre de canelazo.
Las huellas históricas
Héctor López, fundador de Los Ladrillos de Ecuador y estudioso de la historia de Quito y el país, lleva los pasos del canelazo a otros escenarios: los velorios.
En esos encuentros, en la época virreinal, se repartía agua de canela y otras bebidas calientes. La meta era aplacar el frío de Quito y se le añadía azúcar. Ese es el origen probable, pero, recuerda López, no hay certezas.
En el siglo XIX, en cambio, hay registro de que la bebida se conocía como agua glorificada o de azúcar.
Lo que sí es seguro es que la bebida se volvió infaltable en las fiestas de Quito, aunque es una receta propia de la región andina.
Héctor López apunta que a finales de los años 50 e inicios de los 60, la bebida toma protagonismo para también aguantar el frío. En este caso, en las serenatas quiteñas, los inicios de las Fiestas de Quito.
Los sitios fijos
Si de encontrar canelazo se trata, en Quito hay puntos básicos. La Ronda, en la zona patrimonial, es uno de estos. De hecho, esta zona ha sido, desde sus inicios, una ruta bohemia.
El Panecillo, sin duda, es otro destino para encontrar la receta durante todo el año. El destino fijo es el área de quioscos, donde se encuentra la bebida de varios sabores.
Del mismo modo, un buen canelazo no puede faltar en las tradicionales chivas o para acompañar una partida de 40.
La receta del canelazo típico
Para no quedarse atrás en las Fiestas de Quito, el chef Edgar reyes comparte una guía práctica y rápida para preparar un litro de canelazo típico.
- Un litro y medio de agua
- Cuatro naranjillas grandes
- Media taza de azúcar
- Cuatro ramas de canela
- Una taza de aguardiente de caña
Con esos ingredientes, se debe colocar el agua al fuego con el azúcar y la naranjilla. Cuando ya empiece a hervir, se agrega una rama de canela y se deja por 30 minutos.
Tras ese tiempo, se retira la canela, se coloca en la licuadora y luego se tamiza. Ese jugo vuelve a la olla y al fuego, con las tres ramas de canela restante y se deja hervir por cinco minutos más.
Si la opción es con piquete, ya solo resta servir y agregar.