Alimentadores del Trolebús y Ecovía deberán contar con GPS y sus choferes tendrán afiliación al IESS

Alimentadores de la Ecovía, corredores y el Trolebús en la estación de La Magdalena, en el sur.

Nuevas reglas deberán cumplir las cooperativas que proveen de buses alimentadores a los sistemas de Trolebús y la Ecovía en Quito. La Empresa Pública Metropolitana de Pasajeros del Municipio anunció que los cambios forman parte del modelo de gestión para la contratación de las rutas.
Diariamente, alrededor de 300 unidades de ese tipo, pertenecientes a 70 operadoras, transportan un promedio de 400 000 pasajeros en el centro, sur y norte de la capital en 40 rutas. Para José Chamorro, subgerente de esa entidad, lo que se busca es mejorar la calidad del servicio. Destaca que uno de los nuevos requisitos es que las compañías cuenten con una nómina de choferes con una alta cantidad de puntos acumulados en sus licencias.
En ese sentido, las cooperativas cuyos conductores tengan más puntos obtendrán una mejor calificación dentro del proceso de contratación. También se busca que se conozca claramente el número y antigüedad de los vehículos, las multas que se fijan al no cumplirse las cláusulas del contrato, entre otras.
Asimismo se les solicitará la instalación de sistema de GPS para verificar el cumplimiento de rutas, paradas y horarios de las unidades. De otro lado, la información de las operaciones deberá ser proyectada en las pantallas instaladas en las estaciones del servicio municipal para que los usuarios conozcan los horarios exactos de embarque.
Otro requisito es que los conductores deberán ser afiliados al seguro social para evitar la precarización laboral y que se cumplan con los derechos básicos como vacaciones y pago de horas extras.
Adicionalmente se propone eliminar el tiquete que se usa actualmente. “Eso implica un nuevo modelo. Ahora se propone que el alimentador recaude y nosotros completamos el valor hasta llegar a su tarifa, considerando los costos más su utilidad”, señala Chamorro. Con ello -añade el funcionario- se busca agilizar la recaudación y pagos a los proveedores del servicio.
Los requerimientos se dan a conocer al inicio del proceso de contratación pública para la adjudicación de 38 contratos para las rutas alimentadoras de los sistemas de Ecovía y Trolebús. El objetivo –se indicó en la Empresa Pública Metropolitana de Pasajeros- es eliminar la figura de convenio de pago con el que históricamente se ha trabajado y cumplir con lo dispuesto por la Contraloría de prescindir de esa figura para dar paso a las contrataciones públicas.
La entidad explicó que se busca generar un proceso de adjudicación de rutas competitiva y eficaz. Así, la ciudad se ahorraría en promedio 1 millón de dólares anuales. Chamorro acota que los datos, sobre el nuevo modelo de gestión, han sido socializados con los gremios de transportistas en mesas de trabajo.
Jorge Yánez, presidente de la Unión de Operadoras de Transporte Urbano de Quito, hace observaciones. Dice que Mauricio Peña, gerente de la Empresa Pública Metropolitana de Transporte de Pasajeros de Quito, no estuvo en las reuniones sino que “enviaba al subgerente y al gerente técnico, quienes no tenían la facultad de tomar resoluciones”.
La tarde de hoy, él presentó a nombre de las 18 rutas del eje oriental una apelación ante el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) porque, a su criterio, los procesos deben darse como lo determina la norma técnica. “Existen inconsistencias”, dice.
“Están falseando la verdad. ¿De dónde se inventan que van a ganar USD 1 millón? y aducir que va a mejorar el servicio”, señala el dirigente. A su juicio, las nuevas medidas implican un retroceso de 20 años en los sistemas de pagos y recaudación. “Ya no habrá el sistema donde el bus pueda salir con o sin pasajeros, respetando las paradas y los tiempos (…) Ahora significa que saldremos nuevamente a la cacería de los pasajeros”.
Le sorprende que se establezca como requisito la implementación de sistemas GPS porque, desde hace tres años, los alimentadores ya cuentan con esa tecnología y los contadores de personas que se suben los vehículos. Además, “todos los choferes están afiliados al seguro social”.
Esa polémica se genera en medio de observaciones realizadas por los usuarios del transporte. La mañana de hoy, viernes 5 de abril del 2019, este Diario hizo un recorrido en dos estaciones a las que llegan buses alimentadores y las opiniones de 10 personas fueron unánimes sobre el servicio.
Coinciden que la atención ha mejorado, pero hay aspectos que faltan pulir como la saturación de pasajeros y los tiempos de espera de las unidades. “En las horas pico el movimiento de gente es complicado”, dijo Lilián Taipe, quien se moviliza diariamente desde El Inca hasta la Gaspar de Villaroel.
Para el estudiante Guido Montenegro, 20 minutos es demasiado tiempo hasta que llegue un bus. “A las 06:00 es muy incómodo. Vienen los estudiantes de un colegio y los carros se repletan”, se quejó.