Nuevos enfrentamientos entre policías y manifestantes se registraron en Turquía hoy, 12 de marzo, cuando tuvo lugar el funeral de un joven, que fue herido en junio por la policía en una manifestación contra el gobierno.
La policía intervino en Ankara, Esmirna y Estambul con gases lacrimógenos y cañones de agua, para dispersar a manifestantes que expresaban su hostilidad al primer ministro Recep Tayyip Erdogan.
En Estambul, la intervención policial tuvo lugar poco después de que se inhumara el cuerpo de Berkin Elvan, tras un funeral en el que participaron decenas de miles de personas sin que se registraran incidentes.
La policía intervino en el barrio de Osmanbey, cuando cientos de personas se dirigían hacia la plaza Taksim, lugar emblemático de las protestas contra Erdogan en junio. Luego los manifestantes levantaron barricadas y quemaron neumáticos.
Desde las manifestaciones del pasado verano boreal, que le costaron la vida a ocho personas, incluyendo a Berkin Elvan y a un policía, está prohibido manifestarse en la plaza Taksim.
Ya el martes, miles de manifestantes se habían congregado de forma espontánea en las grandes ciudades del país, pocas horas después de conocerse la muerte de Berkin Elvan, en coma desde hacía 269 días. Más de 250 personas fueron detenidas, según la prensa turca.
El miércoles, las decenas de miles de personas que participaron en el funeral también expresaron su hostilidad al gobierno. La muchedumbre se apiñó a mediodía en las calles del barrio popular de Okmeydani, donde vivía la víctima, y coreó eslóganes hostiles al primer ministro, debilitado por un escándalo de corrupción a pocas semanas de las elecciones municipales del 30 de marzo.
“La policía del AKP [Partido de la Justicia y el Desarrollo, en el poder] ha asesinado a Berkin” Elvan, gritaba la muchedumbre.
“¿Cuántos jóvenes tienen que morir para que Erdogan dimita?”, se preguntó Atilla Izmirlioglu, un obrero jubilado que asistió al funeral. “Mi único deseo es que se acabe con este fascismo sin derramar una gota de sangre”.
Arropado por el gentío, el féretro, envuelto en una tela roja y con una foto del adolescente, de confesión aleví (una minoría musulmana), avanzó lentamente hacia el cementerio del barrio.
En Ankara, miles de personas se reunieron para pedir justicia, constató la AFP . La policía lanzó gases lacrimógenos y utilizó cañones de agua para intentar dispersar a los manifestantes en la capital. Éstos intentaron bloquear la circulación, lo que provocó la intervención de la policía.
Elecciones a la vista
Tras guardar silencio el martes, el gobierno reaccionó este miércoles al fallecimiento del joven por boca de su portavoz Bülent Arinç.
“Es muy triste que un niño haya perdido la vida en un incidente ocurrido en la calle”, lamentó. “Turquía está de duelo desde ayer”.
Todo esto ocurre a menos de tres semanas de las elecciones municipales del 30 de marzo, cuando el ejecutivo de Erdogan está inmerso desde diciembre en un escándalo de corrupción sin precedentes.
El propio jefe de gobierno y su hijo, de quienes se filtró una conversación telefónica, así como varios ministros se han visto salpicados en este escándalo.
En plena campaña electoral, el primer ministro ha acusado a la hermandad del predicador musulmán Fethullah Gülen, muy influyente en la policía y la justicia, de haber inventado estas acusaciones para desestabilizar a su gobierno. El 10 de agosto también está prevista la primera vuelta de la elección presidencial.
“Un gobierno sólo se puede cambiar por las urnas”, declaró este miércoles Erdogan, ante miles de partidarios suyos en Mardin (sureste), sin hablar de la muerte de Berkin Elvan.
Por último, el Parlamento Europeo denunció el miércoles una serie de leyes que refuerzan en Turquía el control que ejerce el gobierno sobre los magistrados y el uso de internet.