El crecimiento del sector turístico resalta a la vista, a lo largo del perfil costanero en el sur de la provincia de Esmeraldas. Hay grandes construcciones de lujo.
Jóvenes y adultos de Atacames, Tonsupa, Súa, Tonchigüe, Muisne, Mompiche, Portete…, han aprovechado ese desarrollo.
Un 70% de los habitantes de estos poblados se dedica al turismo. Hace unos 10 años, la principal actividad era la pesca .
Pero ahora el turismo se impone. Primero se lo hizo de forma empírica. Ahora es más profesional. Los jóvenes le apuestan a los estudios superiores de turismo para aplicar los conocimientos .
El sector público también contribuye. Entre noviembre y diciembre del año pasado, el Ministerio de Turismo; a través de la Universidad Luis Vargas Torres, Católica de Esmeraldas y la Cámara de Turismo de Atacames, capacitó a 680 promotores.
“Asistieron camareros, meseros, administradores de hoteles y recepcionistas. Los unió un objetivo: “Dar un mejor servicio a los turistas”, dice Carlos Acosta, director de Turismo.
Daniel Argüello, administrador del Hotel El Marqués, en Atacames, dice que como empresa se adoptó la iniciativa de capacitar a su personal.
Alejandro Cueva, quien administra el Hotel Club del Sol, señala que la preparación ha permitido atraer clientes.
Muchas personas dedicadas a la atención son esmeraldeñas que vieron en el turismo la forma de mejorar sus vidas.
Washington Villalba es un hábil coctelero de Atacames.
A los 12 años observaba cómo se preparaban los cocteles en la playa de Tonsupa. Tenía un amigo que era muy diestro. Trataba siempre de grabarme en la memoria la forma de prepararlos. Ahí empezó mi carrera. Me propuse ser el mejor ‘barman’ de Atacames. Para ello había que hacer la diferencia.
Para ofrecer un buen servicio fue necesario capacitarme con personas experimentadas. También con la Cámara de Turismo de Atacames. Fue una iniciativa personal. Sentía que me hacía falta para captar el interés de las personas que llegaban a servirse una caipiriña o cualquier coctel.
La piña colada fue la primera bebida que aprendí a preparar, justo cuando el dueño del local donde trabaja había salido. Desde ahí empezó mi trato con los turistas. Mi especialidad ahora es el coctel aguas de tres colores. Es una combinación única de amareto y vodka.
Desde hace tres años trabajo como responsable del bar, en Hotel El Marqués, en Atacames. Aquí me enseñaron que había que vestir bien y saber tratar a los turistas. Somos la primera carta de presentación del hotel.
Haciendo mis cocteles creo que encontré una profesión de la que puedo vivir.
Samuel Altafuya dejó el campo para hacer tours
En un principio me ganaba la vida en el campo jornalero. El dinero no me alcanzaba para subsistir. Por eso fui la ciudad de Esmeraldas para estudiar. Pagaba los estudios con trabajos ocasionales en la construcción. Aprendí los principios básicos del turismo y regresé a mi natal Portete (sur de Esmeraldas).
Vendí unas tierras y me compré una lancha y un motor para hacer recorridos turísticos. En ese tiempo el Hotel Royal Decameron abrió sus puertas y eso atrajo mucha gente a la zona.
Ahora gano USD 1 000 al mes con los tours náuticos. Llevó a los turistas a conocer la Isla de Amor, Isla del Sol, Isla Júpiter y la Isla Bonita, en los límites de Esmeraldas y Cojimíes.
El viaje demora una hora y media. Desde hace dos años nos constituimos en la Cooperativa de Lancheros de Portete, Paraíso Escondido, de la que somos parte 20 socios. Ese recorrido cuesta USD 20 por persona. Con los ahorros que he logrado en estos dos años pienso construir tres cabañas para atender mejor a los turistas.
Nelly Martínez aprovechó la sazón de su comida
Durante 15 años me dediqué a la educación de adultos en comunidades rurales de Muisne. Los fines de semanas nos íbamos al manglar con mis hijas a recolectar conchas para venderlas. Como educadora ganaba USD 180 al mes. Y por un ciento de concha, USD 7. Cogía ciento y medio todo el día.
Eso no me alcanzaba para mantener a mis tres hijos. Hace un año y medio empecé en la playa de Portete, con un negocio de venta de platos típicos (encocado de pescado, cangrejo, pescado frito, cebiches).
Aproveché el auge turístico que existe todo el año.
Ahora gano a diario entre USD 40 y USD 50 por la venta de los platos típicos. Los fines semana hasta USD 150. En este tiempo de trabajo he podido enviar a estudiar a la ciudad a mi hija de 15 años y pagar por sus estudios en un colegio particular. Además he mejorado mi vivienda, que era de madera. Hoy ya tiene bases sólidas, de hormigón.
José Cagua optó por el turismo extremo
Ordeñé vacas y trabajé como jornalero durante 30 años en las fincas de Bolívar y Portete. Cuando no había trabajo en las haciendas pescaba. Ganaba USD 7 diarios, más la comida. Cuando iba al manglar las conchas me representaban unos USD 10. Había que estar casi todo el día trabajando.
Hace un año, en sociedad con cinco amigos, establecimos en la playa de Portete una forma de hacer turismo desde el aire; con el uso de un globo impulsado por una lacha desde el agua (parasailing).
El paseo cuesta USD 20 por personas y a diario se gana entre USD 60 y USD 150. Si bien nuestra empresa aún está tomando forma, esperamos convertirla en la primera de la región.
Ya estamos buscando asistencia técnica y recursos para poder ampliarnos y ser más profesionales. También capacitación para poder mejorar el servicio y ser un referente para los turistas del mundo.