El último deslizamiento se produjo en marzo del 2020 cuando el socavón aumentó de tamaño. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Una pesadilla viven los propietarios de aproximadamente 100 predios del barrio Puertas del Sol 2, ubicado junto a la quebrada Carretas, en el lado suroccidental de la parroquia de Carapungo, en el extremo norte de Quito.
Desde hace 15 años, el talud de la quebrada ha cedido hasta llegar al borde de 14 viviendas. Además, el desfogue de las aguas servidas provocó un socavón bajo las casas.
Los moradores aseguran que, desde hace cinco años, se agravó la situación. El último deslizamiento se produjo en marzo del 2020 cuando el socavón aumentó de tamaño. Y de forma simultánea, las paredes de los patios posteriores de algunos inmuebles comenzaron a cuartearse.
Estefanía Pabón creó el colectivo ‘Quebrada Carretas en peligro’ con la finalidad de lograr soluciones y que la Alcaldía de Quito intervenga en la zona. Ella y los vecinos se oponen a la relocalización de las viviendas porque son el patrimonio de las familias que viven allí. “Necesitamos que se realice el embaulamiento del canal de aguas servidas (…) Hemos perdido terreno por la destrucción del talud durante los últimos 15 años”.
Las viviendas ahora están a menos de cuatro metros del abismo. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Se quejó que las autoridades del Municipio no les escuchan y el socavón avanza. Como solución, los moradores del barrio Puertas del Sol 2 también plantean al Cabildo que se realice un reencauce del canal de aguas servidas para evitar el desgaste del talud.
Myriam Quinteros vive en esa zona desde hace más de 10 años. “Es terrible, cuando llueve nos da miedo que nuestras casas colapsen. Mi hermana vive a lado de mi vivienda y teme que la suya ceda por el debilitamiento de la tierra”.
Cuestionó que las autoridades municipales les han ofrecido soluciones y no las han cumplido. “Vienen, toman fotos, nos mienten. Llegan en sus vehículos y nos dicen que no hay presupuesto. Queremos que se realice el embaulamiento y que se rellene la quebrada”.
Para el morador Galo Gómez, la tierra ha erosionado debido a la falta de atención del Municipio. “Vivimos en peligro, mis familiares no pueden dormir tranquilos ante lo que sucede”.
Pabón indicó que antes la situación era diferente, pues existía un espacio de aproximadamente 25 metros entre las casas y el borde de la quebrada Carretas. Sin embargo, con el pasar de los años y la escasa atención de las autoridades la tierra ha cedido, más en época de lluvias. Las viviendas ahora están a menos de cuatro metros del abismo.