Un estudio que reúne a expertos mundiales y que publica la revista Science considera que detener la deforestación requerirá un cambio de enfoque. Para que las medidas sean efectivas, deben abordar el papel subyacente e indirecto de la agricultura. Señala que entre el 90 y el 99% de toda la deforestación en los trópicos se debe de forma directa o indirecta a la agricultura.
Sin embargo, solo entre la mitad y los dos tercios se traducen en la expansión de la producción agrícola activa en las tierras deforestadas. El estudio es una colaboración entre expertos en deforestación del mundo. Proporciona una nueva síntesis de las complejas conexiones entre este fenómeno y la agricultura.
Lo que esto significa para esfuerzos actuales para reducir pérdida de bosques. El hecho de que la agricultura sea el principal motor de la deforestación tropical no es nuevo.
Pero las estimaciones anteriores sobre la cantidad de bosques que se han convertido en tierras agrícolas en los trópicos variaban mucho. De 4,3 a 9,6 millones de hectáreas al año entre 2011 y 2015. Los resultados del nuevo estudio afinan este rango a entre 6,4 y 8,8 millones de hectáreas al año.
“Nuestra revisión deja claro que entre el 90 y el 99% de toda la deforestación en los trópicos está impulsada directa o indirectamente por la agricultura”, destacó Florence Pendrill, autora principal del estudio y de la Universidad Chalmers de Tecnología (Suecia).
Un puñado de productos básicos es responsable de la mayor parte de la deforestación vinculada a las tierras agrícolas de producción activa, bastante más de la mitad de la cual está relacionada con los pastos, la soja y el aceite de palma por sí solos.
Deforestación ‘para nada’
Al equipo le sorprendió -dijo Pendril- que “una parte comparativamente pequeña de la deforestación, entre el 45 y el 65%, tiene como resultado la expansión de la actual producción agrícola en las tierras deforestadas”.
Este descubrimiento es de “profunda importancia para diseñar medidas eficaces que reduzcan la deforestación y promuevan el desarrollo rural sostenible”. Una gran pieza del rompecabezas es cuánta deforestación es “para nada”, en opinión de Patrick Meyfroidt, de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
En este sentido, indicó que los bosques y otros ecosistemas se talan a menudo para la especulación con tierras, proyectos abandonados o mal concebidos, tierras que resultaron inadecuadas para el cultivo, o debido a los incendios que se propagan a los bosques vecinos a las zonas taladas.
El estudio llega tras la Declaración de Glasgow sobre los Bosques en la COP26 y antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP15), que se celebrará a fin de este 2022, y puede ayudar a garantizar que los esfuerzos urgentes para hacer frente a la deforestación se guíen y evalúen mediante una base de datos adecuada.
Compostaje en cultivos
Una nueva forma de utilizar el compost podría impulsar la producción mundial de cultivos, según un estudio codirigido por la Universidad de Queensland y Susanne Schmidt, de la Facultad de Agricultura y Ciencias de la Alimentación de la UQ
Aquí se señala que la adopción de una estrategia de compostaje de precisión (PCS) en la agricultura a gran escala podría mejorar el rendimiento de los cultivos, la salud del suelo y desviar los desechos biológicos del vertedero donde genera gases de efecto invernadero nocivos.
Esto significa que en lugar de depender solo de fertilizantes minerales, PCS implica complementar el tipo correcto de compost con nutrientes para satisfacer las necesidades de los suelos y los cultivos. Los suelos que se han vuelto compactos y ácidos se airean y neutralizan. El resultado es que pueden retener más agua, facilitar el crecimiento de las raíces y nutrir los organismos que mantienen saludables los suelos.
Schmidt explica que el suelo juega un papel crucial para garantizar la seguridad alimentaria mundial. “Pero actualmente el 30% del suelo agrícola del mundo está clasificado como degradado, con proyección de que esto podría aumentar al 90% para 2050”.
La investigación estima que PCS podría impulsar la producción mundial anual de los principales cultivos de cereales en 96 millones de toneladas, o el 4% de la producción actual. Esto tiene efectos para los consumidores al abordar la escasez de alimentos y los aumentos de precios.
El estudio encontró que la aplicación de PCS a la agricultura a gran escala también podría ayudar a mitigar el cambio climático. Se analizaron más de 2 000 ejemplos de uso de compost en el sector agrícola de todo el mundo.