En la modalidad virtual, Karen empezaba clases a las 08:00, así que dormía hasta las 07:30. Desde el lunes 7 de febrero del 2022, la jornada presencial empieza a esa hora y tiene que levantarse a las 05:30 para salir a las 06:30 y llegar a tiempo al colegio. La estudiante debe movilizarse una hora para llegar.
Durante casi dos años, los alumnos del Ecuador se acostumbraron a una especie de informalidad con las clases desde casa y deberán retomar la rutina que implicaba ir a la escuela. No solo la hora de entrada es un cambio, sino que la jornada también varía en esta nueva etapa.
David Bosmediano, docente de un plantel fiscal de Quito, cuenta que sus estudiantes le han dicho que estaban acostumbrados a estar en su casa y no pasar tiempo movilizándose. Por eso, retomar los horarios en las aulas les está costando.
Sus alumnos, por ejemplo, son de octavo, noveno y décimo de básica. En la virtualidad tenían cuatro clases de 40 minutos cada una al día, mientras que en la presencialidad cada encuentro dura lo mismo, pero son siete diarios.
Horas recomendadas para que estudiantes descansen
Para retomar la rutina es importante atender a los requerimientos de sueño, señala la psicóloga Marie-France Merlín. Durante las clases virtuales estas necesidades estaban cubiertas por la flexibilidad de horarios, así que con los nuevos se deberá evaluar cuál es la necesidad mínima de sueño del niño o adolescente y cubrirla.
“Si con ocho o nueve horas el chico puede estar con buen estado de alerta al día siguiente, en función de eso hay que calcular la hora de ir a dormir”. Además, la especialista señala que es común romper las rutinas el fin de semana. Pero, en esta etapa, recomienda que se trate de mantener, aunque no exactamente, esas horas.
Los niños de cuatro a ocho años son quienes mayor cantidad de sueño necesitan, señala la psicopedagoga Cristina Tapia. A partir de los 10 años podrían dormir desde las 21:00 para que descansen lo suficiente, sugiere.
Tapia además recomienda que los chicos no usen pantallas, al menos media hora antes de ir a dormir. “Lo que hacen es acelerar mucho más la corteza prefrontal, que es la que nos mantiene alerta, y no va a permitir un descanso adecuado. Va a mermar las horas de calidad de sueño”.
Con el nuevo cambio de hábitos, la especialista además recomienda hacer un horario de todas las actividades del día: ir al colegio, almorzar al regreso, hacer las tareas, jugar, etc.
Además, Tapia indica que la reconstrucción de hábitos no es sencilla, por ello sugiere que los padres lleguen a acuerdos con sus hijos. “Durante la primera semana se puede dar algo de flexibilidad, en la segunda hay que ajustar y en la tercera los hábitos deben estar listos”.
¿Cómo manejar el miedo por lo no aprendido?
Algunos alumnos de Santiago Zambrano se han mostrado nerviosos. Por eso, el docente fiscal optó por una planificación que les permita recuperar los aprendizajes. Cuenta que les dejó claro que se retomará el ritmo poco a poco.
Al ser evidente la pérdida de aprendizajes, los estudiantes deben estar tranquilos y saber que como ellos están todos, dice Claudia Tobar, directora del Instituto de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad San Francisco (IDEA).
Por ello señala que con el retorno a las aulas se deberá empezar por donde los estudiantes se quedaron y hacer una revisión paulatina de todos los contenidos pasados. “Los profesores deberán bajar un poco el acelerador y priorizar los contenidos más relevantes. Quizá algunos se deban pasar por alto”.
Para los docentes, Tobar sugiere una herramienta: un ‘pasaporte’ de aprendizajes de los temas que quedaron con alguna debilidad. La idea consiste en que los chicos ‘viajen’ por todos los contenidos pasados y marquen cuando lo hayan superado. “Esa práctica les dará una sensación de progreso”.
Refuerce la bioseguridad
- La mascarilla debe usarse durante toda la jornada escolar. La mejor opción es usar doble cubreboca. Estos pueden ser: una KN95 o N95 debajo y una quirúrgica o de tela encima. Debe quedar sellada y ajustada al rostro de los chicos
- El lavado de manos debe ser constante, con agua y jabón. Por eso es importante que la institución garantice el acceso a lavamanos. Si no hay oportunidad de hacerlo seguido hay que desinfectarlas con alcohol o gel.
- En el salón de clases, en el momento del recreo o al realizar actividades recreativas se debe mantener el distanciamiento social de al menos dos metros entre cada persona. Así los alumnos se protegen y cuidan a sus familias.
- Si sus hijos presentan algún síntoma respiratorio no los envíe a clases presenciales; tampoco si estuvieron en contacto con alguna persona contagiada o con sospecha de covid-19. Avise a la institución para que se tomen medidas.