La renovación de equipo para las Fuerzas Armadas siempre es polémica. Se trata de operaciones millonarias y muchos cuestionan la posibilidad de futuros conflictos bélicos. No se desconoce las operaciones especiales de FF.AA. que demandan las fronteras frente a la nueva realidad.
En materia aeronáutica, el país había preferido en las décadas anteriores optar por equipo procedente de Israel, Inglaterra o Francia(K-Fir, Jaguar, Mirage).
La compra de aeronaves en este Gobierno se orientó a India, Brasil y Sudáfrica. Hubo además una donación de aviones Mirage que Venezuela había desechado.
Las Fuerzas Armadas tienen como misión velar por la soberanía y la integridad territorial del país. Nadie desconoce la filosofía que alentó a los soldados ecuatorianos, especialmente durante los años en que mantuvimos pendiente el problema territorial con Perú.
Con dificultad y sacrificio se dio paso a nuevas realidades diplomáticas y a cerrar de modo definitivo el delicado tema con el vecino del sur. Había retos superiores para avanzar en el progreso nacional y el desarrollo social, especialmente de los ecuatorianos más desprotegidos.
La geopolítica continental mostraba otras realidades. La frontera norte marcó nuevas visiones y retos profesionales inmensos para nuestras FF.AA., de cara a reconocer las dificultades del conflicto interno en Colombia y sus impactos en nuestro país. Se imponían distintos enfoques.
Las demandas de gastos militares han sido atendidas por el Gobierno presente, también han aflorado tensiones políticas internas. La compra de material militar a Rusia, aun cuando se trate de equipos de transporte, debe obedecer a las demandas de la institución militar sostenida en su verdadero rol en pro de la soberanía y la integridad territorial.