Con escoba en mano, Ligia Caicedo barría el miércoles pasado, una de las aceras del barrio Londres, ubicado en la comunidad de Piquiucho, cantón Bolívar, Carchi. Son 40 viviendas populares construidas con el apoyo de Ulises de la Cruz y el Ministerio de la Vivienda (Miduvi).
“Estoy colaborando con la limpieza porque la próxima semana van a inaugurar el conjunto habitacional”, explica la mujer.
Las casas, de una planta, son adosadas. Miden 45 m². La estructura es de hormigón armado, las paredes son de bloque enlucido y el techo de estructura metálica y planchas de fibrocemento, explica el Ing. Marcelo Muñoz, constructor.
Aunque el barrio Londres será inaugurado próximamente, la mayoría de casas está habitada. En una de ellas reside Ligia Caicedo desde hace un año.
“La casita es muy cómoda”, explica esta madre de familia, que antes vivía hacinada junto a 16 hermanos y sobrinos, en la casa de sus padres.
“Cada casa tiene un costo real de USD 5 200. El Gobierno entregó ayudas por USD 3 600 y 4 000 y Ulises puso la diferencia”, recuerda Muñoz.
Sin embargo, Noemí de la Cruz, hermana del deportista de LDU-Q, que le ayuda en la Fundación que creó, asegura que Ulises también compró los terrenos (media hectárea) para la construcción de 38 casas para sus vecinos que no tenían.
Además, de su bolsillo salió el pago del alcantarillado y el adoquinado de las calles del pueblo. Desde la semana anterior se pintaron las casas. Las fachadas son color crema y las ventanas tienen filos verde limón.
“Estamos dejando todo punto en blanco para la inauguración, que será la semana próxima”, dice un obrero.
La falta de vivienda siempre fue un problema en Piquiucho, comenta Milton Borja, presidente de la comunidad. Ahí viven aproximadamente 620 personas. La mayoría de hombres se dedica al cultivo de tomate, cebolla, pimiento, aguacate… mientras que las mujeres sacan las cosechas para comercializarlas en los mercados de Carchi, Imbabura y Pichincha.
“Hay muchas parejas nuevas que aún no tienen casa. Es por eso que viven con los padres. Por ello está previsto la construcción de una segunda fase del barrio Londres”, dice Borja.
Noemí de la Cruz explica que el sueño de su hermano es construir este año 50 casas más y 50 el próximo. Para ello está buscando el apoyo del Estado.
Gustavo Viveros, que habita allí junto a su esposa y cuatro hijos, espera que también se construya una escuela. Ulises de la Cruz, asegura Borja, ya adquirió un terreno de tres hectáreas para ese cometido.