A diferencia con los muebles bajos, la profundidad de los despenseros varía entre 32 y 35 cm.
Esta medida también es producto de la experiencia y es la idónea para que quien se moviliza dentro de la cocina no corra peligro de golpearse la cabeza.
Los tableros de madera actuales, en los que se elaboran la mayoría de estos modulares, permiten hacer maravillas, afirma el diseñador Jorge Balcázar, del taller Lubal. Los contrachapados y tableros de MDF son los más usados por su versatilidad, maleabilidad y fino acabado.
Los contrachapados con texturas de árboles como maple, roble, sapely o tangaré adquieren cada día más protagonismo, especialmente los que tienen colores claros como el haya o el marfil.
Otro material muy usado es el melamínico, que no es otra cosa que un aglomerado con un recubrimiento de una especie de papel. También tienen recubrimientos vinílicos o de PVC. Este producto tiene una ventaja adicional: es de fácil mantenimiento, pues basta pasar un trapo húmedo por su superficie.
Las famosas vitrinas, ubicadas en el comedor, donde las abuelas mostraban (como quien no quiere la cosa) la calidad de vasos, copas y consomeras pasaron de moda. La tendencia actual es trasladar estos utensilios a la cocina. Los muebles apropiados para esta labor se llaman cristaleros. El diseño, cómo no, privilegia las compuertas vidriadas porque el asunto es, como antes, guardar… pero también mostrar.
Las ollas y sartenes de pyrex, duraluminio o acero inoxidable actuales tienen un acabado perfecto y, además de su utilidad, son muy decorativas. Ubicarlas en estantes es la mejor forma de almacenarlas. Obviamente, un estante es un mueble descubierto (sin puertas) que permite mayor libertad de movimientos y, claro está, una mejor apreciación de los objetos que guarda.
Balcázar también resalta una tendencia que está en alza en la país: la fabricación de los modulares por el termolaminado. Este incorpora láminas de PVC y otros tipos de plásticos a los tableros de MDF para logar diseños atrevidos y modernos. También se incorporaron las luces LED a los diseños, explica Balcázar.
¿Y los precios? Para todos los bolsillos, dependiendo del material y las dimensiones. Una cocina sencilla en melamínico, de 3×3 m (7 muebles bajos y 8 altos), cuesta unos USD 900; la misma, en tablero termolaminado, USD 1 200. Y si la prefiere laqueada en blanco, USD 1 200.