Los tonos pasteles priman en estos electrodomésticos. Fotos: Cortesía Smeg Electrodomésticos
Así como pasa con los electrodomésticos pequeños, los grandes, como cocinas, refrigeradoras, lavavajillas, hornos y más, se visten con colores fuertes y pasteles; figuran el rojo, naranja, amarillo…
Ligia Chacón, de D’Kocina, explica que la tendencia llegó al país hace 20 años, pero con poca acogida, pues las personas preferían la línea blanca y luego la cromada.
Estos productos lucen en espacios con colores neutros.
José Antonio Rivas, arquitecto especializado en Diseño Interior, va un poco más atrás y añade que el gusto por contar con electrodomésticos coloridos se remonta a los años 50 y 60, en países como Estados Unidos, y que estaba ligado a la llegada de automóviles en tonos pasteles. “Así fue como esa moda también se transmitió al diseño interior”.
Actualmente, refrigeradoras amarillas y rosadas, hornos verdes y campanas celestes se importan, sobre todo desde Europa, y se instalan en cocinas “envejecidas” a propósito. Por ejemplo, para que una pieza en esos colores se convierta en el centro de atención, Rivas recomienda colocar ladrillo visto en las paredes y madera sólida en el piso. También puede destacarse en una cocina completamente minimalista, donde predominen colores neutros.
Estas cocinas poseen tecnología para optimizar energía.
Otra forma de obtener un electrodoméstico que evoque esa “nostalgia” es recurriendo a la pintura al horno, pero solo en piezas antiguas, de metal, pues las modernas tienen fibra de vidrio y, “básicamente tienen una sola vida”, dice Rivas y añade que quienes recurren a esta opción lo hacen con fines decorativos, ya que poseen una tecnología antigua.