YOO Quito cuenta con un hidromasaje descubierto. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Con satisfacción, Patricia Carrasco cuenta que la sala de cine para 30 personas siempre está llena durante los fines de semana y feriados. Lo mismo sucede con la piscina y la sala de juegos diseñada para los más pequeños de la casa. Esos espacios forman parte de la lista de áreas recreativas instaladas en el edificio Atelier para generar comunidad entre sus habitantes.
El propósito es que los vecinos se conozcan, conversen, compartan y hagan amistad.
Para motivar esa interacción, en Foresta Green Building se diseñaron espacios para acampar y una pequeña pista descubierta para trotar o para que los pequeños monten sus bicicletas. También hay ambientes diseñados para las personas de la tercera edad. Ellos pueden caminar y disfrutar de un entorno rodeado de naturaleza.
Joan Proaño, arquitecto y gerente de Proaño Proaño Inmobiliaria, afirma que esas iniciativas también surgieron para brindar seguridad a los propietarios de las unidades habitaciones y para promover un sentido de pertenencia. Las personas cuidan su vivienda, pero también las diferentes áreas compartidas.
En el edificio La Recoleta los condóminos cuentan con una sala de bolos. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
Las áreas recreativas y comunales, según el especialista, son obligatorias para proyectos que superan las seis unidades habitacionales y su mantenimiento está dentro de la alícuota mensual. “Y son fundamentales porque las unidades habitacionales cada vez son más pequeñas. Los habitantes necesitan espacios para compartir e interactuar”.
En Atelier, el costo de la alícuota por metro cuadrado está en USD 1,06, mientras que en Foresta está por debajo del dólar. Ese rubro se cobra en función del metraje de la casa o departamento. Por ejemplo: por un departamento en Foresta de 100 metros cuadrados su propietario tendría que pagar menos de USD 100 mensuales para ocupar las instalaciones comunales como el área de karaoke o el cine, mientras las reserve con anticipación y esté al día con las alícuotas.
Ese proyecto cuenta con espacios comunales que siempre están abiertos como la piscina, sauna, turco e hidromasaje. Son acuerdos a los que llegaron los condóminos.
De jueves a domingo y durante los feriados, por ejemplo, Carrasco, administradora de Atelier, cuenta que los propietarios reservan la sala de cine con tres, cinco y hasta siete días de anticipación.
Los propietarios del Edificio San Telmo cuentan con una amplia terraza, donde se encuentra el área BBQ. Foto: Julio Estrella / EL COMERCIO
Lo mismo ocurre con la sala de juegos para adultos, pues allí suelen reunirse los diferentes propietarios de los 230 departamentos para disfrutar de un partido de fútbol o de la final de algún otro deporte.
En ese espacio los condóminos cuentan con una mesa de billar, televisión, mesa de pimpón. Está totalmente amoblado y para conservarlo se destina parte de las alícuotas.
Similar situación pasa en La Recoleta de Uribe & Schwarzkopf, un edificio que además cuenta con salón de bolos: el atractivo de los más jóvenes.
Esa estación está llena desde el martes y para utilizarlo es necesaria una garantía, que será entregada después de verificar que todo esté en orden. En Atelier y Recoleta, por ejemplo, una reserva corresponde a cuatro horas de uso.
En La Recoleta también hay gimnasio equipado y una cancha de golfito. Allí comparten niños y jóvenes.
Los propietarios de Atelier comparten en una terraza con césped natural.
Michel Kammoun está encantado con la oferta de espacios recreativos que han incorporado los más recientes proyectos inmobiliarios y por esa razón se animó a comprar un departamento en el YOO Quito, un edificio de 22 pisos con 112 departamentos y cuatro locales comerciales, y con una vista de 360 grados.
Desde la terraza los propietarios pueden observar el valle de Cumbayá y Tumbaco, el norte y sur de Quito. “Puedo ver toda la ciudad y eso es maravilloso. Frente a mí tengo ahora mismo al Panecillo”.
En Foresta Green Building se instaló una pista y juegos tradicionales.
Kammoun disfrutó de la vista al transitar por el contorno de la terraza, donde los constructores instalaron una tabla funcional de ajedrez de gran tamaño y jardineras con plantas nativas, con el propósito de atraer la fauna local. Allí hay también un amplio hidromasaje descubierto.
En ese espacio, según Karen Cedeño, administradora, se reúnen los propietarios durante el fin de semana para celebrar cumpleaños o para compartir un asado, pues en la terraza está el área BBQ y la sala comunal. Ese ambiente luce equipado, al igual que la piscina, gimnasio, sauna y sala de masajes, donde, según Cedeño, los condóminos comparten más tiempo con los vecinos.
“Este en realidad es el espacio donde se reúnen, conversan e interactúan con mayor frecuencia”. Añade que la sala diseñada para los niños también es concurrida.
La primera vez que los propietarios estuvieron juntos en la terraza fue durante el coctel de inauguración del edificio.