La cocina (derecha) se conecta al área BBQ, a un espacio de juegos y al porche tras abrir un sistema de puertas corredizas. Esos ambientes tienen su propio sistema de audio. Foto: Diego Pallero/ CONSTRUIR
La cocina dejó de ser ese espacio destinado solo para la cocción de alimentos y se convirtió en punto de encuentro para los habitantes de la casa.
El arquitecto Edwin Oleas cuenta que la tendencia apareció en Estados Unidos hace unos 15 años y que en Ecuador va tomando fuerza.
Él, por ejemplo, diseñó una cocina que conduce a un cuarto de juegos y que se conecta con el porche tras abrir el sistema de puertas corredizas.
Dentro de la cocina instaló una pequeña sala de estar. En ese microespacio, la familia y los amigos se reúnen para mirar televisión o simplemente para conversar. También hay lugar para distraerse con juegos de mesa para adultos.
Una pequeña sala de estar está junto a la cocina. Foto: Julio Estrella/ CONSTRUIR
Todos esos espacios, según el arquitecto, deben planearse desde el inicio del proyecto para lograr ambientes cómodos y funcionales.
Añade que una cocina con esas características se logra en casas a partir de los 200 metros cuadrados, aunque el arquitecto Francisco Pérez asegura que es necesario, al menos 400 m², pues en sus proyectos una cocina con un buen ‘family room’ se instala en un espacio de 10 x 5 metros.
Las cocinas integradas, en cambio, son posibles en espacios más pequeños. Estas se siguen diseñando, pero ahora la tendencia consiste en separarla del comedor y sala para mantener la privacidad en esos espacios sociales de la casa, y ahí es donde se añade el ‘family room’.
El constructor Federico Las Heras cuenta que las cocinas convertidas en punto de encuentro permiten mantener la comunicación con los miembros de la familia: desde los más pequeños hasta los más grandes. Mientras los niños miran la televisión, los adultos preparan una parrillada, por ejemplo. Y esas actividades, precisamente, se desarrollan en su domicilio.
Para ello diseñó una cocina amplia y funcional que se conecta con el exterior y con espacios internos como la sala y el comedor. Se independiza de esos dos últimos ambientes tras cerrar una puerta corrediza y, así, la familia y amigos se mueven entre la cocina, el área BBQ y el porche.
En este espacio se reúnen los más pequeños de la casa. Foto: Julio Estrella/ CONSTRUIR
Esa conexión, según los especialistas, permite una interrelación mucho más cercana, pues así evitan que los habitantes se ‘encierren’ en sus propios espacios mientras esperan por sus alimentos.
Espacios como la sala de estar familiar resultan útiles dentro de una cocina cuando hay niños pequeños en casa, pues están permanentemente vigilados por los padres.
Allí pueden mirar una serie educativa o incluso cumplir con las tareas escolares. Oleas prefiere evitar la presencia de juguetes porque resulta peligroso.
Pérez añade que dependiendo del diseño de la cocina es posible incluir una estación de trabajo. Para eso es importante contar con la luz y el mobiliario adecuado.
Dependiendo de las actividades que cumplan los habitantes de la vivienda, este arquitecto incluye muebles ergonómicos y reclinables, también un sistema de audio independiente. “Hacemos eso para mantener la privacidad”.
La iluminación natural y artificial es fundamental para lograr un ambiente acogedor. Foto: Galo Paguay/ CONSTRUIR
Así se puede, al mismo tiempo, dar cabida a otro tipo de reunión en la sala principal.
Finalmente, Pérez dice que ese tipo de cocinas debe tener obligatoriamente un mesón e isla para colocar los alimentos y evitar trasladarlos al mobiliario del ‘family room’.